Conectan un chip basado en Azure Sphere a un Altair 8800 de 1974

Altair 8800
Entre las interminables charlas del reciente evento Build 2018 de Microsoft en el Washington State Convention Center, se escondía un proyecto preparado para deleitar a los amantes de lo retro.
Atendiendo a la obsesión que tiene la compañía de Redmond por la retrocompatibilidad de sus productos, el ingeniero Mike Hall —medio en serio, medio en broma— logró demostrar hasta qué punto no se toman esta característica a la ligera, y lo hizo conectando una placa de desarrollo basada en Azure Sphere a un Altair 8800 y haciendo correr una versión del BASIC original de Bill Gates y Paul Allen que leía la temperatura de un sensor, todo ello al accionar los interruptores de la vetusta máquina.

Microsoft Build 2018
La placa de desarrollo, basada en el chip IoT MediaTek MT3620, se conectó a un sensor de temperatura SparkFun TMP102 y, todo este conjunto, a los mandos del Altair 8800, un ordenador diseñado en 1974 que se hizo muy popular a raíz de salir en la portada de la revista ‘Popular Electronics’, en enero de aquel mismo año.

Microsoft Build 2018
El aparato corría un emulador de Intel 8080 y, sobre él, el software Microsoft BASIC original. Un desarrollo a medida escrito en este lenguaje de programación se activaba mediante las clavijas del Altair 8800, leía el valor de temperatura ambiente y lo escribía en la nube de Azure. La tecnología Azure Sphere está especialmente diseñada por Microsoft para los instrumentos del Internet de las cosas (Internet of Things, abreviado IoT), y se basa en una versión propia de Linux creada a tal efecto.

Microsoft Build 2018
Los retrofikis fliparon, la gente aplaudió a rabiar y Microsoft salió del evento con la cabeza bien alta y el ego por las nubes (las de Azure). Sin duda, la demostración de las demostraciones para la escena retro actual.
Hubo más clones de ZX Spectrum en la URSS que en el resto de países del mundo juntos

Clon ZX Spectrum
Tras la Segunda Guerra Mundial caía el Telón de Acero sobre Europa, dividiendo el continente entre los países alineados con la OTAN y los firmantes del Pacto de Varsovia. Esta separación ideológica y política aisló al bloque comunista (con la excepción de Yugoslavia) durante casi cinco décadas, desde 1945 hasta 1991 —con el final de la Guerra Fría—. Desde el conjunto de países del Bloque del Este, liderados por la Unión Soviética, se ejerció un férreo y rígido bloqueo efectivo para evitar el constante goteo migratorio que fluía de este a oeste y que dejó a los países comunistas sin quince millones de habitantes en cinco años. Aquel bloqueo nunca fue mostrado como una privación de libertad, sino como una política protectora contra el exterior.
El aislamiento comunista no sólo afectó a la migración, también al comercio, a las exportaciones e importaciones y a las relaciones mercantiles de manera general. En los ochenta europeos, los primeros microordenadores de la época copaban las tiendas de electrodomésticos, convirtiéndose en toda una locura tecnológica para los niños y jóvenes de la época. Por desgracia, aquellos aparatos no podían atravesar el Telón de Acero, y la gente de aquel lado de la cortina no tenía la posibilidad de acceder a su tecnología.

Dubna 48K
Sin embargo, de vez en cuando, alguno de estos ordenadores (después también las consolas) cruzaba de estraperlo la línea negra y llegaba a, por poner un ejemplo, la URSS; y los comunistas eran todos unos auténticos expertos en ingeniería inversa que, con paciencia y rudimentarias técnicas, destripaban aquellas máquinas y las replicaban con —algunas veces— más y mejor éxito que las originales.
En aquellos tiempos, y como no podía ser de otra manera, surgieron decenas de clones del ZX Spectrum, el pequeño artilugio con teclas de goma que Clive Sinclair nunca quiso diseñar para jugar pero que se convirtió, casi exclusivamente, en una plataforma de entretenimiento. Los clones soviéticos son, hoy día, los mejor valorados y los más buscados y codiciados. Aquella tecnología que descubrieron «afeitando» capa a capa cada procesador y analizando las salidas de las puertas lógicas de los chips de silicio (y no sólo de los ordenadores) convirtió a la URSS en una potencia tecnológica que, con aquellos mimbres, llegó incluso a adelantarse en la carrera espacial.

Hobbit
Existe una larga lista de clones de Spectrum, pero entre ellos los rusos descuellan sobremanera, como el ATM moscovita, el Baltica (que corría a 4 MHz), el Best III de San Petersburgo, el Delta (manufacturado en una planta militar), el GrandRomMax, el Hobbit, el Leningrad 1 (el más simple, compacto y barato), el Spektr 48 o el Scorpion ZS-256. Sin embargo, de todos ellos destaca por encima de los demás una joya olvidada: el microordenador Pentagon.

Placa de Pentagon
Pentagon fue una serie de máquinas que se fabricaron en la Unión Soviética desde 1989 hasta 2006, nada más y nada menos. Hubo hasta seis modelos diferentes de 48 kB, 128 kB y 1024 kB, algunos con memorias ampliables a 4 MB. La primera de las máquina era, incluso, compatible con el Interface Beta Disk, una interfaz para conectar unidades de disco al Spectrum; posteriores prototipos incluían chips de sonido de General Instrument, nuevos modos gráficos o botones de turbo que hacía correr a aquellos pequeños aparatos a 7 MHz. En el siguiente vídeo podemos ver funcionar un placa de un Pentagon 128K dentro de la carcasa de un ZX Spectrum 128 +2.
Los clones rusos de ZX Spectrum cruzaron fronteras tras el fin del bloqueo y se presentaron como grandes máquinas de elaboración casera pero con una tecnología interna muy ingeniosa. Sin ningún género de dudas, se dice hoy día que hubo más clones soviéticos de Spectrum que la suma de los del resto de los países del planeta. Y eso que se encontraban aislados del exterior.
Google Chrome nos recuerda que las hojas son de papel
Los ingenieros de Google son unos cachondos, y eso lo hemos visto en multitud de ocasiones, pero es que la gente que trabaja en la división del navegador Chrome se lleva la palma: desde los minijuegos con dinosaurios para entretener nuestras pérdidas de conexión hasta los diseños tubulares al más puro estilo salvapantallas, pasando por el «desde el origen de los tiempos» que podíamos ver en algunas versiones a la hora de elegir una fecha de inicio para eliminar los datos de navegación.
Muchos de estos guiños surgen y después se pierden en las versiones posteriores. El que comentamos hoy sigue con nosotros aún, y se refiere al texto que aparece a la hora de imprimir un documento desde el propio Google Chrome, sea una página web, un PDF embebido o cualquier otro elemento. Chrome, como se puede ver en la imagen siguiente, nos recuerda que las hojas que vamos a imprimir son de papel. (Así me quedé yo también).

Las hojas: de papel
Concienciación ecologista, guasa tecnológica o Google Chrome está preparándose para distinguir materiales cuando, en un futuro próximo, enviemos directamente una orden desde el navegador a nuestra impresora 3D. Quién sabe, pero reconforta ver estos guiños de forma esporádica.
Bally Astrocade, una gran consola de videojuegos olvidada

Bally Astrocade
El sistema de juegos Astrocade fue lanzado originalmente como Bally Home Arcade en 1977 de la mano de un equipo de Midway Games, en aquel momento la división de videojuegos de Bally Manufactoring. Como videoconsola de segunda generación, compitió directamente con Atari 2600 hasta que, en 1980, Bally vendió el sistema a Astrovision, que renombró la consola como Astrocade. Es por ello que muchos de los juegos y de las máquinas pueden estar serigrafiadas como Bally y otros como Astrovision.

Bally Astrocade
Con un procesador Z80 a 1,789 MHz en su interior, disponía de una memoria RAM de 4 kB (ampliable a 64 kB), una ROM de 8 kB, tarjeta de sonido de tres voces con efectos de ruido y vibrato, cuatro puertos para mandos de control, un puerto para lápiz óptico y otro de expansión. Además, incluía un cartucho con el lenguaje de programación BASIC —basado en el Tiny BASIC de Li-Chen Wang— que permitía realizar pequeños programas al estilo de los microordenadores de 8 bits que llegarían unos años después.

Bally Astrocade
Astrocade estaba disponible en color blanco y en color madera. Cada consola tenía habilitado un contenedor capaz de almacenar hasta 15 cartuchos para protegerlos del polvo y, en la parte delantera, disponía de un teclado de veinticuatro teclas. Los juegos, basados en cartuchos, tenía un tamaño equivalente al de una cinta de casete de audio estándar. La mayoría traían entre uno y cuatro títulos originales que se insertaban en una ranura de carga frontal y se empujaban hacia abajo para fijarlos. Al presionar un botón de expulsión en la parte delantera, se liberaba el cartucho y se extraía.

Bally Astrocade
Se desarrollaron un total de treinta cartuchos de videojuegos durante la vida útil de Bally Astrocade y, además, la propia consola incluía cuatro títulos incorporados en ROM: ‘Gunfight’ (un juego de disparos para dos jugadores), ‘Checkmate’ (un juego tipo ‘Tron’), ‘Scribbling’ (un software de dibujo muy básico) y ‘Calculator’ (una calculadora).

Bally Astrocade
La videoconsola tenía unos controladores analógicos bastante simples. En la parte superior del mando había un control giratorio del estilo de los arcades de ‘Pong’ y, un poco más abajo, un gatillo para disparar. Por otro lado, contaba con varias salidas de ventilación en la zona inferior que se solían bloquear por estar, precisamente, en la parte de abajo del aparato. Colocar la consola sobre una alfombra y jugar durante mucho tiempo hacía que el aparato de sobrecalentara notablemente y que pudiera llegar a estropearse. De hecho, el problema era tan grave y generalizado, que en el manual del usuario aparece descrito en letras grandes y en negrita dentro de las primeras páginas.

Bally Astrocade
Hoy en día es bastante difícil encontrar una máquina Astrocade que funcione correctamente y, en el caso de dar con una, el precio no será precisamente bajo. Es lo que tienen las joyas antiguas en peligro de extinción, que cuestan más de lo realmente valen.
Howard el pato: Marvel, Lucasfilm y Activision

‘Howard The Duck’ (cómic)
Un pato antropomórfico desagrabale, irascible y refunfuñón, ese es Howard, el personaje que Marvel Comics lanzó al mundo de la viñeta en el año 1973 de la mano del escritor Steve Gerber y del dibujante Val Mayerik. Howard nació como una parodia de Donald, el pato de Disney, y tuvo su momento de gloria a principios de los años ochenta.
Secuestrado de su planeta de origen y arrojado a los Everglades (en Florida) por el demonio Thog, Howard se hace amigo de una modelo llamada Beverly Switzler y comienza sus andanzas por los cómics de Marvel como un pato gruñón, muy mal hablado y que insulta sin tapujos a cualquiera que se le ponga delante, incluso a otros personajes de la casa. Apareció por primera vez en el número 19 de ‘Adventure into Fear‘ (diciembre de 1973) y, posteriormente, varias series se encargarían de relatar sus desventuras atrapado en la Tierra.
El tirón de Howard era tal, que en 1996 George Lucas se embarca en la producción de lo que sería la primera película cinematográfica de un personaje de Marvel, ‘Howard… un nuevo héroe‘ (‘Howard the Duck’), dirigida por Willard Huyck y protagonizada por Lea Thompson, Jeffrey Jones y Tim Robbins, además de la voz de Chip Zien como Howard.

‘Howard The Duck’ (película)
‘Howard… un nuevo héroe’ tuvo un presupuesto estimado de entre 36 y 38 millones de dólares y apenas logró recaudar lo invertido. Fue un auténtico batacazo en taquilla, lo que prácticamente arruinó a George Lucas, que tuvo que vender muchas de sus propiedades, entre ellas la recién inaugurada rama de animación por computadora de Lucasfilm, sección que adquirió Steve Jobs y que acabaría convirtiéndose en Pixar Animation Studios. El largometraje fue nominado a siete premios Razzies en la gala de 1986, entre ellos «Peor director» «Peor canción original» y «Peor actor de reparto» (por Tim Robbins). Logró llevarse cuatro: «Peor nuevo descubrimiento» (para los seis actores dentro del traje del pato), «Peores efectos visuales», «Peor guión» y «Peor película».
Con todo y con eso, el mismo 1986 ve la luz el videojuego ‘Howard the Duck‘, de la mano de Activision, para ZX Spectrum, Commodore 64 y Apple II; un año después aparecerían las versiones de MSX y Amstrad CPC. En el juego controlamos a Howard durante cuatro niveles con el objeto de salvar a sus mejores amigos, Phil y Beverly, y tras ser lanzado en paracaídas sobre la isla Volcano.

‘Howard The Duck’ (videojuego)
Al igual que sucedió con la película, este título recibió críticas bastante negativas. La revista ‘Computer Gamer’ afirmó entre sus páginas que el juego estaba «presentado de forma hermosa y bien programado, siendo una de las mejores versiones recientes de Activision, por lo que merece consideración aparte de su desafortunado vínculo con la película».
Hoy día, tanto película como videojuego se han convertido en objetos de veneración de la cultura pop ochentera. Además, Howard ha seguido apareciendo en películas y videojuegos, prácticamente en forma de cameo, pues resulta uno de los personajes más icónicos de Marvel y más recordado por sus fiascos en taquilla, lo que le impone un halo de prestigio y reconocimiento retro bastante significativo.