Entradas de la categoría ‘Retropapelotes’
[Retropapelote de la semana] La belleza de las instrucciones silenciosas
En el año 1994, los disquetes de 3,5″ se acumulaban en nuestras casas y en nuestras oficinas formando montañas gigantescas de programas de gestión, juegos, sistemas operativos, software ofimático, etcétera. Para poder organizar todo aquel desastre magnético, recurríamos a cajas organizadoras como la que traemos hoy aquí (una Fellows 3.5″ Softworks), cajas que traían instrucciones mudas, tan elegantemente bellas en aquel momento, que recuerdan poderosamente a las directrices de montaje de los muebles de cierta multinacional sueca.
[Retropapelote de la semana] IBM, la excavadora, las palas y las cucharillas de té
El anuncio publicitario de la imagen, creado por la agencia Saatchi & Saatchi para IBM a principios de los años ochenta, pretendía poner de manifiesto lo que para el gigante tecnológico representaba el absurdo de priorizar la generación de puestos de trabajo a la eficiencia.
Dos personas ven trabajar una excavadora mecánica; una de ellas se lamenta por los doce trabajadores con palas que podrían estar realizando ese trabajo, la otra le recuerda que, si se trata de dar trabajo a más personas, esa misma labor podrían hacerla doscientos trabajadores equipados con cucharillas de té.
Cuando un profesor de la Gran Depresión predijo la educación online
En 1934, el presidente de la Universidad Northwestern, a la sazón Walter Dill Scott, predijo que la tecnología cambiaría radicalmente la experiencia universitaria. El aprendizaje a distancia sería más común gracias a la televisión, la radio y el fax, y los estudiantes cambiarían el paisaje físico de un centro educativo por cualquier otro lugar o lugares en cualquier momento del día.
En el número de septiembre de 1934 de la revista ‘Everyday Science and Mechanics‘, Scott apuntaba que «la universidad, dentro de veinticinco años, será un concepto de aspecto diferente. En lugar de concentrar al profesorado y a los estudiantes alrededor de un campus, los conocimientos ‘viajarán por el aire’. El curso se llevará a cabo, en gran medida, a través de sonido e imágenes; la radiodifusión, la televisión y el telefax ampliarán el ámbito de una biblioteca, y las investigaciones podrán ser llevadas a cabo, por los académicos, a grandes distancias«.
La revista, incluso, publicó una caricatura (a continuación) que ilustraba esta visión de la educación futura, colocando a un estudiante frente a un televisor y un altavoz y, al tiempo, burlándose de la pereza de los universitarios.
Mucha gente de la década de los treinta americanos imaginó que la televisión proporcionaría una pizarra virtual que cualquier estudiante podría sintonizar desde su casa. Era algo muy optimista que se materializó en lo hoy conocemos como Internet. Visión de futuro, se llama eso.
[Retropapelote de la semana] La ridícula imagen del miembro de CompuServe que se llamaba James Bond
Durante los años ochenta y parte de los noventa del siglo pasado, CompuServe fue la compañía de comunicaciones que dominó el mercado estadounidense como primer proveedor comercial de servicios telemáticos. Miles de adolescentes norteamericanos pasaron más horas conectados a sus servicios de las que habrían debido, habida cuenta de los 4,80 dólares estadounidenses que costaba la hora de conexión en aquel entonces.
La empresa editaba una revista para sus suscriptores llamada ‘CompuServe Magazine‘ (anteriormente ‘Online Today’) en la que se trataban todo tipo de temas tecnológicos, software, hardware, gadgets, videojuegos, etcétera; y también otros asuntos varios, aderezándolo todo con un poco de autobombo.
En el número de septiembre de 1995, a los editores se les ocurrió la brillante idea de incluir un anuncio comercial publicitando merchandising de la compañía, como tazas, gorras o camisetas. Resulta que, ¡oh, casualidad!, el miembro (desde enero de 1989) número 72537/2314 se llamaba James Bond, y CompuServe, aprovechando el tirón del agente 007, lo contrató para aquel anuncio. La imagen es para llorar.
El bueno de James —que ya tiene bastante con lo suyo— posa ante cámara, con camiseta modelo ‘Binary’, forzando una suerte de postura rebosante de afectación y totalmente desprovista de naturalidad. Si ello no fuera suficientemente ridículo y grotesco, porta en su mano una pistola de agua en amaneramiento de espía secreto bastante trasnochado. Un cuadro, vaya. El lema inferior reza en inglés «James Bond está vestido para matar con su nueva camiseta de CompuServe».
Mejor corramos velo, tupido velo.
[Retropapelote de la semana] Anuncios publicitarios orgásmicos con la tecnología de los ochenta
La publicidad tecnológica a finales de los años setenta y durante los ochenta tendía sensiblemente mucho a exagerar las capacidades de sus productos. Los anuncios de ordenadores y consolas de videojuegos presentaban, normalmente, a individuos caucásicos en estados de maravilla orgiástica frente a tecnologías aparentemente mediocres. Por supuesto, existió esa causa genuina de asombro debido a la revolución de las tecnologías, pero, como podemos comprobar en las siguientes imágenes, la emoción se salió un poco de madre.
Y es que el grado de excitación, asombro e histeria generalizada en los consumidores de electrónica estaba fuera de todos los límites en la década que comenzaba en 1980. Sólo era cuestión de tiempo que la población se diera cuenta de que estos nuevos aparatos no estaban a la altura del histerismo anunciado. En los años noventa, la apoplejía irracional se atenuó hasta niveles más razonables.
Esta semana, retropapelotes, en plural. (Clic para ampliar cualquiera de la imágenes).