Flos Mariae lo peta en el internete digitalero católico, apostólico y romano (¡alabado sea Dios!)

Flos Mariae es una agrupación de mozas cristianas católicas que, por desgracia, no tiene ninguna pinta de ser un viral internetero, es decir, que es un conjunto de verdad, no te engaño, aunque no te lo creas. Como meme va a funcionar de tres cojones, y es que las hermanas Alba, María, Flor, Estel, Victoria, Patricia y Montserrat Bellido Durán componen un «grupo musical formado por devoción y promesa a la Virgen María, Madre de Dios, y no por vocación a ser cantantes, aunque sí les gusta cantar y se esfuerzan para dar lo mejor a Dios».

Menos mal que, como ellas dicen, les gusta cantar, que si no les llega a gustar

Facebook compra WhatsApp, es el momento ideal para pasarse a Telegram

Telegram

Telegram

Un post corto, muy cortito. Ya sé que no es a lo tengo acostumbrado al lector de este blog, que se tiene que tragar, normalmente, interminables entradas, documentadas, reflexionadas, ilustradas, meditadas, deliberadas y asaz recapacitadas, pero es lo que toca. Y es que no puedo dejar pasar la noticia del día sin ofrecer mi más humilde opinión.

Si ni el gran Enrique Dans, que está bregado en torear con estos toros, es capaz de entender el porqué del desorbitado precio que ha pagado Facebook por la compra de la eterna startup, ¿quién soy yo para intentar siquiera elucubrar sobre este tema? De las decenas de noticias que leído hoy sobre la adquisición del año (del siglo, del milenio) ha habido una que es la que más me ha llamado la atención acojonado. Es aquella del diario español El Mundo que titula «Facebook compra 450 millones de números de teléfono».

Mark Zuckerberg no es tonto y, que yo sepa, no lo ha sido nunca, sino todo lo contrario. El amigo Mark no se gasta los dineros en cosas que no le vayan a reportar un buen beneficio a medio o largo plazo, y me da que esta bilbainada es una de ellas. Facebook no ha comprado una empresa/aplicación de éxito, Facebook ha comprado la privacidad de más de cuatrocientos millones de usuarios de teléfonos inteligentes. Así, del tirón y sin despeinarse.

Yo no sé cuáles son sus aspiraciones, pero me las puedo imaginar; y, si no, al tiempo. Los clientes de WhatsApp, en un 90%, se solapan con los clientes de Facebook, esto es una perogrullada. La mayor y más grande red social de la Red de redes (más de 1.100 millones de cuentas registradas en 2013) posee ahora el teléfono, los contactos y los mensaje privados de la inmensa mayoría de sus usuarios, información que puede utilizar para cruzar referencias y generar la más ingente y colosal base de datos publicitaria del universo conocido. Sí, mayor incluso que la de Google.

Y eso es lo que se me ocurre así, a bote pronto. Porque la empresa que posee las cuentas sociales de la mayor parte de la población, ahora puede acceder también a sus teléfonos móviles y a sus cotilleos íntimos y secretos, algo que en el mundo internetero representa el más absoluto poder, la mayor supremacía sobre los oponentes. Estáis todo muertos.

Pero, ¿y por qué Telegram? Pues muy sencillo. Desde que existe esto de la mensajería instantánea he intentado migrar a otra aplicación, dejando de lado la inseguridad, la inestabilidad y la lentitud de WhatsApp. He probado Line, WeChat, Viber, Kakao y otras muchas, pero ninguna me ofrecía nada innovador y sencillo de utilizar. La curva de aprendizaje de Telegram se reduce a 0 (tendiendo a -1) si eres un usuario de WhatsApp, porque es el clon más agresivo que te puedes encontrar, sin exagerar ni una mijita; hasta los emoticonos son los mismos. El look and feel es tan wasapero que si te la instalan y no te dicen nada ni te enteras, si no fuera por el cambio en los colores.

Telegram permite utilizar chats auténticamente privados, en los que los mensaje se autodestruyen pasado un tiempo, una cifrado más que decente, un almacenaje en la nube con el que puedes acceder a tus mensajes desde cualquier dispositivo, tiene una red distribuida (no centralizada) de servidores, es de código abierto, gratis para siempre (o eso dicen) y rápido, muy rápido.

Yo no entiendo de estas cosas, pero me da que Telegram se va a comer a WhatsApp en breve, y más desde que Facebook controla también nuestras conversaciones. El tiempo me dará la razón, o quizás no. Quién sabe.

Un búnker antinuclear sólo para gente VIP

Búnker de The Greenbrier

Búnker de The Greenbrier

A 400 kilómetros al sudoeste de Washington DC, en la ciudad de White Sulphur Springs, en el Condado de Greenbrier, Virginia Occidental (EE.UU.), se encuentra uno de los hoteles más lujosos y exclusivos del mundo, el conocido como The Greenbrier. Con cuatro estrellas, fue galardonado con el premio AAA Five Diamond Award, el más alto nivel del sistema AAA Diamond Ratings System para restaurantes y alojamientos, administrado por la asociación AAA (American Automobile Association).

Ocupa más de 2.600 hectáreas en las montañas de Allegheny, y provee a sus inquilinos de todo tipo de servicios ostentosos, desde campos de golf hasta pesca con mosca; tiene hasta una clínica privada propia. Es el tipo de hotel que da la bienvenida a reyes, presidentes, jeques, primeros ministros y otros dignatarios.

Hotel The Greenbrier

Hotel The Greenbrier

Pero The Greenbrier alberga un secreto más, y es que también fue el lugar elegido, durante la Guerra Fría, para albergar a todo el Congreso de los Estados Unidos en el caso de una guerra nuclear. ¿Pero dónde? Pues en un refugio subterráneo bajo el hotel, un enorme búnker de 10.455 m2 preparado para alojar a más de 1.100 personas.

La construcción de este mastodonte antinuclear comenzó en 1958, bajo el mandato de Eisenhower, y terminó en 1961, justo cuando Kennedy llegó al poder. En aquella época, la construcción, a 219 metros por debajo de la tierra, permanecía clasificada como alto secreto de estado. Durante 30 años fue una instalación activa de comunicaciones y estaba mantenida por la empresa Forsythe Associates, contratada por el gobierno.

Habitación del refugio

Habitación del refugio

Cuenta con cuatro entradas con puertas de 30 toneladas, una cámara de descontaminación, 18 dormitorios, una planta energética propia, tanques de agua y combustible diésel, zona de comunicaciones, 12 camas de hospital, laboratorio, farmacia, UCI, cafetería, salas de reuniones y estudio de televisión, entre otros muchos servicios.

Una explosión nuclear genera varios efectos: una enorme bola de fuego, un pulso electromagnético capaz de noquear aparatos eléctricos, vientos huracanados y enormes cambios en la presión del aire. Asimismo, también produce cantidades ingentes de radiación, principalmente de cuatro maneras o formas: neutrones, partículas alfa, radiación beta y rayos gamma. El mayor riesgo de la radiación para la salud proviene, sobre todo, de los neutrones. Son los neutrones los que realmente mantienen la explosión nuclear en marcha, chocando con los átomos de uranio (o plutonio) y haciendo que se dividan y liberen energía (y más neutrones).

Entrada al búnker

Entrada al búnker

Algunos de los neutrones chocan con otros tipos de átomos, como los del aire o los de la tierra del suelo, convirtiéndolos en radiactivos. Estos nuevos átomos radiactivos son elevados hacia el cielo por la explosión y, posteriormente, caen en forma de lluvia radiactiva. Esta fatal lluvia es una de las principales razones por las que se construye un búnker nuclear como el de The Greenbrier, sobre todo porque este complejo no está diseñado para soportar un impacto directo de un arma nuclear.

Los rayos gamma son una forma de radiación electromagnética con una longitud de onda muy corta, muy difícil de detener. Tienen mucha energía y entran fácilmente dentro del cuerpo, donde pueden causar serios daños en el ADN de los seres vivos con desenlaces fatales como cánceres muy agresivos o enfermedades hereditarias. La protección contra la radiación gamma requiere muchos centímetros de plomo o varios metros de hormigón. Este tipo de rayos también puede recorrer grandes distancias a través del aire.

Central energética

Central energética

Por suerte, los otros dos tipos de radiación son mucho más fáciles de desviar. La radiación beta (electrones de alta energía) se puede detener incluso con una fina hoja de metal. La radiación alfa (núcleos de helio) puede ser detenida por la propia piel o, también, por una simple hoja de papel.

Grados de detención

Grados de detención

Cuando comenzaron las obras del refugio de The Greenbrier, el secretismo llevó a decir a la empresa constructora que aquello se trataba de una nueva ala del hotel que albergaría la clínica. Se dijo que esta nueva ala necesitaba de unos cimientos muy hondos debido a la calidad del terreno, por lo que se obligó a excavar profundamente. El búnker estuvo activo hasta 1992, cuando un artículo periodístico reveló su preciado secreto.

Durante 30 años el mantenimiento del complejo fue contratado a la empresa fantasma antes comentada (Forsythe Associates), que se encargaba de tenerlo todo a punto para recibir a sus más de 1.000 ocupantes con un preaviso de sólo cuatro horas. A la llegada al búnker, los miembros del Congreso habrían de desnudarse, pasar por la sala de descontaminación para ducharse y ponerse la ropa nueva que se les proporcionara en el sitio. Entonces, se cerrarían las enormes puertas, y el búnker estaría preparado para ser autónomo durante meses, con luz, generadores diésel, agua, comida y aire limpio filtrado.

Sala de reuniones

Sala de reuniones

Parte del refugio fue utilizado para reuniones privadas de los clientes VIP del hotel, los cuales nunca supieron que se encontraban en habitaciones preparadas para sellarse herméticamente en cuestión de segundos. El búnker de The Greenbrier entró en funcionamiento real una sola vez en la historia, durante la Crisis de los misiles de Cuba. Se preparó para recibir a los ocupantes, y cientos de documentos históricos fueron transportados allí para el almacenamiento en su extensa bóveda, por si acaso.

Enfermería

Enfermería

Hoy día es un complejo abierto al público para visitas de ocio, y todos los turistas coinciden en asegurar que la zona más espeluznante del búnker es la incineradora, preparada para deshacerse de los cuerpos de aquellos inquilinos que fallecieran en su interior.

The Day We Fight Back (11 de febrero de 2014)

The Day We Fight Back

The Day We Fight Back

The Day We Fight Back
https://thedaywefightback.org/international/

Más información
http://alt1040.com/2014/02/nsa-protesta-internet

En Wikipedia
http://es.wikipedia.org/wiki/The_day_we_fight_back

Los peores juegos para Spectrum del mundo mundial (y de más allá, si me apuras): CSS Crap Games Competition

CSSCGC 19 (2014)

CSSCGC 19 (2014)

Comienza un año más, y después de dieciocho ediciones ininterrumpidas, la comp.sys.sinclair Crap Games Competition, conocida por los contemporáneos frikis y retrogafotas vintage como CSSCGC, por aquello de abreviar su extenso nombre. Esta original competición premia, año tras año, a los peores juegos para el incombustible ZX Spectrum, en cualquiera de sus versiones. Y es que sí, la escena del desarrollo ochentero para ordenadores de 8 bits está más viva que nunca, y se siguen programando y distribuyendo títulos lúdicos como si de la época dorada del software español se tratara. No sólo en este país; no sólo para el Spectrum; todo el ambiente del mundillo está más activo que nunca, más vital, enérgico, brioso y pujante según avanzan los quinquenios y la nostalgia y la añoranza calan más profundo en los cuarentones supervivientes de aquel momento.

Pero la CSSCGC sólo está dedicada a nuestro querido «gomas» y a sus hermanos, pues tiene sus orígenes en el grupo de noticias de Usenet llamado comp.sys.sinclair. Para los que no vivieron aquella época de threads, flames, trolls y Meow Wars, digamos que esto era algo sí como un foro de los de hoy día, pero mucho más rudimentario y con muchos más hijos de puta sueltos. La rama principal comp.* hace referencia al mundo de la informática, de la computación; las ramas sys.sinclair a sistemas, por un lado, y al tema de los cacharros de Sinclair, por el otro.

'Advanced Space Scarper Simulator' (Steve McCrea)

‘Advanced Space Scarper Simulator’ (Steve McCrea)

En la época en la que blandíamos nuestros flamebaits para batirnos a sangre y acero sobre las explanadas de los newsgroups, a alguien de este grupo sinclairiano se le ocurrió la brillante idea de recopilar los peores juegos, los juegos más mierdosos (crap games), injugables, chapuceros, birriosos, casposos y asquerosos; los bodrios del panorama de la época, vaya. Quizás lo hizo, quien lo hiciera, basándose o teniendo como referente a la archiconocida recopilación de 1983 titulada ‘Cassette 50‘ (de Cascade Games Ltd.), un compendio de videojuegos cutres que pronto pasó a conocerse como el primer shovelware de la historia, un término despectivo de la jerga informática que se refiere al software que destaca más por la cantidad que por la calidad o utilidad.

Cassette 50

Cassette 50

Quizás, también, el artífice se apoyó en la sección ‘Crap Game Corner’ de la revista Your Sinclair (1986-1993), comandada en aquel entonces por Rich Pelley, que tenía que soportar el arduo trabajo de cribar títulos espectrumeros de entre los miles que recibía semanalmente de novatos incapaces de la programación y cerriles en ciernes del desarrollo informático.

Sea como fuere, desde el grupo comp.sys.sinclair se alentó a la recopilación de mierdas en lata de ocio digital de los ordenadores Sinclair, y aquello se fue convirtiendo poco a poco en competición tecnológica de programación que ha llegado hasta nuestros días. Con dos cojones. En el año 2010 se presentaron un total de 785 proyectos, lo que demuestra que el interés por el concurso no es baladí. Este año, como decimos, se celebra la CSSCGC 19. El plazo de presentación de videojuegos comienza el 1 de enero y termina el 31 de diciembre, por lo que hay tiempo de sobra para generar un juego, el peor juego, a poder ser.

En cada CSSCGC hay un juez/organizador. La estructura del concurso, así como el reglamento, es un poco caótica e improvisada. La persona que durante un año se encarga del asunto propone sus normas y las expone en la web que para cada evento se diseña. En general, el objetivo es crear juegos de muy baja calidad que reproduzcan, de manera más o menos fiel, el feo aspecto y la poca jugabilidad de aquellos cincuenta títulos del ‘Cassette 50’ original. En cada entrega, muchos concursantes procuran parodiar o satirizar aquellos videojuegos inmundos, llevando muchos de ellos en su título el palabro «simulador», aludiendo claramente a los antiguos juegos de Codemasters (a la sazón Code Masters) que, a menudo, eran simuladores de algo completamente mundano o, por el contrario, de algo cuyos límites iban mucho más allá de los sistemas de 8 bits.

'Dongee Con' (Yoshiatom)

‘Dongee Con’ (Yoshiatom)

Desde la creación de la CSSCGC, la competición ha estado dominada sobre todo por participantes anglosajones, de los anglosajones del Reino Unidos, no de los otros. Esto fue cambiando poco a poco, acogiendo cada vez nuevas nacionalidades, sobre todo argentinos, españoles, italianos y rusos. En el año 2008, los conocidos retrodesarrolladores españoles (famosos por su Churrera) The Mojon Twins fueron los vencedores del evento con su ‘Simulador de la Primera Comunión‘ (tiene huevos la cosa), una suerte de castaña tecnológica que utiliza las tecnologías visuales más punteras y una sola tecla de manejo, la barra espaciadora, que, como ellos mismos apuntan, «consiste en un novedoso sistema de control que adapta las acciones del juego al teclado dependiendo del contexto y del nivel en el que nos encontremos». ¡Vaya tela!

'Simulador de la Primera Comunión' (The Mojon Twins)

‘Simulador de la Primera Comunión’ (The Mojon Twins)

Los programas, normalmente, se presentan en el BASIC interpretado del Spectrum, para que todavía sean más infectos, lentos y patéticos, dejando de aprovechar a propósito todas las características de hardware del aparato. Sin embargo, tampoco es extraño que se envíen juegos en el código máquina del Z80, en BASIC compilado, en Small-C (mediante el compilador cruzado Z88DK) o en FORTH, entre otros. Asimismo, la plataforma preferida por los desarrolladores es la del ZX Spectrum (con todas sus variantes), por ser el más popular de la época, pero también se programa para el ZX80, el ZX81 o el Jupiter ACE (heredero bastardo del Spectrum).

El premio para el ganador suele ser nada o, como mucho, el reconocimiento de haber ganado, aunque, a veces, sí que se ha otorgado algún pequeño obsequio de poco valor. Todo ello depende del organizador de cada año, que suele ser el perdedor del año anterior. Como veis, es todo un dechado, ejemplo y paradigma de organización, regulación y estructura. Vamos, que no.

'Advanced Rampant Voting Abuse Simulator: Russia Attack!' (Apenao)

‘Advanced Rampant Voting Abuse Simulator: Russia Attack!’ (Apenao)

Como digo, todavía hay tiempo hasta finales de año para apuntarse y enviar un juego lo más mísero, cochambroso e indecente posible. Quién sabe, quizá aquella torpeza como programador que te caracterizaba te lleve a la cumbre de las competiciones casposas. Aunque, a veces, no resulta tan sencillo hacer las cosas mal. Que lo sepas.

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