Facebook compra WhatsApp, es el momento ideal para pasarse a Telegram
Si ni el gran Enrique Dans, que está bregado en torear con estos toros, es capaz de entender el porqué del desorbitado precio que ha pagado Facebook por la compra de la eterna startup, ¿quién soy yo para intentar siquiera elucubrar sobre este tema? De las decenas de noticias que leído hoy sobre la adquisición del año (del siglo, del milenio) ha habido una que es la que más me ha llamado la atención acojonado. Es aquella del diario español El Mundo que titula «Facebook compra 450 millones de números de teléfono».
Mark Zuckerberg no es tonto y, que yo sepa, no lo ha sido nunca, sino todo lo contrario. El amigo Mark no se gasta los dineros en cosas que no le vayan a reportar un buen beneficio a medio o largo plazo, y me da que esta bilbainada es una de ellas. Facebook no ha comprado una empresa/aplicación de éxito, Facebook ha comprado la privacidad de más de cuatrocientos millones de usuarios de teléfonos inteligentes. Así, del tirón y sin despeinarse.
Yo no sé cuáles son sus aspiraciones, pero me las puedo imaginar; y, si no, al tiempo. Los clientes de WhatsApp, en un 90%, se solapan con los clientes de Facebook, esto es una perogrullada. La mayor y más grande red social de la Red de redes (más de 1.100 millones de cuentas registradas en 2013) posee ahora el teléfono, los contactos y los mensaje privados de la inmensa mayoría de sus usuarios, información que puede utilizar para cruzar referencias y generar la más ingente y colosal base de datos publicitaria del universo conocido. Sí, mayor incluso que la de Google.
Y eso es lo que se me ocurre así, a bote pronto. Porque la empresa que posee las cuentas sociales de la mayor parte de la población, ahora puede acceder también a sus teléfonos móviles y a sus cotilleos íntimos y secretos, algo que en el mundo internetero representa el más absoluto poder, la mayor supremacía sobre los oponentes. Estáis todo muertos.
Pero, ¿y por qué Telegram? Pues muy sencillo. Desde que existe esto de la mensajería instantánea he intentado migrar a otra aplicación, dejando de lado la inseguridad, la inestabilidad y la lentitud de WhatsApp. He probado Line, WeChat, Viber, Kakao y otras muchas, pero ninguna me ofrecía nada innovador y sencillo de utilizar. La curva de aprendizaje de Telegram se reduce a 0 (tendiendo a -1) si eres un usuario de WhatsApp, porque es el clon más agresivo que te puedes encontrar, sin exagerar ni una mijita; hasta los emoticonos son los mismos. El look and feel es tan wasapero que si te la instalan y no te dicen nada ni te enteras, si no fuera por el cambio en los colores.
Telegram permite utilizar chats auténticamente privados, en los que los mensaje se autodestruyen pasado un tiempo, una cifrado más que decente, un almacenaje en la nube con el que puedes acceder a tus mensajes desde cualquier dispositivo, tiene una red distribuida (no centralizada) de servidores, es de código abierto, gratis para siempre (o eso dicen) y rápido, muy rápido.
Yo no entiendo de estas cosas, pero me da que Telegram se va a comer a WhatsApp en breve, y más desde que Facebook controla también nuestras conversaciones. El tiempo me dará la razón, o quizás no. Quién sabe.
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