Encontrar aparcamiento libre en tiempo real (y otras maravillas de la urbiótica)

Empresa Urbiótica

Empresa Urbiótica

A día de hoy, el 50% de la población mundial vive en las ciudades; en el año 2030 se espera que esta cifra se eleve hasta el 60%. Cada vez va a ser más complicado gestionar las gigantescas urbes del planeta. Recogida de residuos, alumbrado público, redes de saneamiento y centenares de variables más que hay que tener en cuenta en una ecuación enorme que debe funcionar de la manera más armónica posible. 

Uno de los puntos negros de las ciudades es el aparcamiento de vehículos. Cada vez más coches inundan las calles, y las plazas para estacionarlos son escasas en las zonas más concurridas. Se calcula que, en determinadas áreas y determinados momentos del día, los conductores buscando un sitio para aparcar suponen el 40% del tráfico de la ciudad. Y si a ello le añadimos el consiguiente gasto energético y volumen de contaminación ambiental que supone, es fácil pensar que en un futuro próximo la sostenibilidad de las ciudades puede convertirse en un auténtico caos

Por ello nació, hace ya varios años, la empresa Urbiótica, una compañía afincada en Barcelona que, junto con la Universidad Politécnica de Cataluña, prueba en Tarragona y Barcelona (a modo de proyecto piloto) un nuevo concepto para la gestión de las grandes ciudades, lo que ellos llaman un Sistema Operativo Urbano. Urbiótica es un nombre que me ha encantado, porque representa la cohesión de las palabras urbe e informática, es decir, la concepción de las nuevas tecnologías aplicadas a la ciudad. Nombre que, por cierto, no me extrañaría que a medio plazo lo aceptara la RAE en su haber como término correcto (como en su día hizo con el término domótica). 

El sistema se basa en una serie de sensores que, en realidad, son conjuntos de dos, un sensor magnético y otro óptico, encerrados en un cilindro. Estos elementos (de bajo coste, autónomos y con una vida mínima garantizada de diez años sin mantenimiento) se ocultan bajo el asfalto en cada plaza de aparcamiento. Los sensores detectan si existe un vehículo estacionado encima y envían los datos a colectores que pueden estar instalados, por ejemplo, en las farolas. Estos, a su vez, reenvían la información a servidores con bancos de datos desde los que se nutren los sistemas finales, que pueden ser paneles de información en las carreteras, páginas web, dispositivos móviles y, en el futuro, navegadores GPS. 

Así pues, cuando entremos en una ciudad con objeto de dirigirnos a determinada zona para aparcar, podremos comprobar en tiempo real dónde existen más lugares de estacionamiento libres y actuar en consecuencia. Es posible que nos interese conducir tres minutos más hasta un sector con el 60% de plazas ocupadas (aunque nos quede un poco más lejos del lugar donde vamos) que dirigirnos más cerca de nuestro destino, donde hay un 95% de ocupación. Al final ahorramos tiempo y optimizamos nuestro viaje, economizando combustible y contaminando menos. 

La urbiótica como concepto (que en realidad no existe, porque es el nombre de la empresa, pero a mí me mola) representa una mejora importantísima en la gestión urbana, aportando beneficios no sólo a las instituciones públicas, sino generando también nuevos servicios para los ciudadanos. Urbiótica (la empresa) está especializada en diseñar y desplegar esa especie de sistema nervioso para la ciudad, integrando cuantos sensores y dispositivos de comunicaciones se requieran para conseguir una información exhaustiva sobre la urbe en tiempo real y elaborando herramientas informáticas para el almacenamiento, análisis y explotación de los datos. 

Y es que esta tecnología no sólo puede aplicarse al aparcamiento, sino que está preparada para interactuar con muchos otros elementos. Por ejemplo, una colección de sensores en los contenedores de residuos que indicaran el nivel de llenado, podría ayudar a optimizar las rutas de los camiones de basura. También, sensores ubicados en los jardines podrían medir la humedad de la tierra y aportarían datos en tiempo real para saber cuándo es necesario regar, reduciendo así el excesivo coste de agua de los ayuntamientos. Como último ejemplo, podemos comentar la posibilidad de sensores situados en los puntos de iluminación y que detectaran las bombillas fundidas, poniendo en conocimiento de los encargados del mantenimiento esa condición al instante, y evitando viajes innecesarios. 

Las futuras ciudades inteligentes podrían estar completamente monitorizadas en todo momento. Ahora sólo hace falta que a los alcaldes y demás mandatarios les interese invertir en una tecnología que proporcionaría un servicio innegable al municipio y al ciudadano. Aunque es difícil que esta gente invierta en algo de lo que no va a obtener un rédito monetario, porque ellos nunca ven los ahorros energéticos, los descensos en la polución, los desarrollos sostenibles, la economía de recursos… Tiene un euro tatuado en la frente que les impide mirar más allá. Qué le vamos a hacer.

‘La España fantasma’, del 2.0 al papel de toda la vida

'La España Fantasma'

'La España Fantasma'

‘La España fantasma’ fue un proyecto veraniego del fantástico blog Kurioso junto con el diario digital Lainformacion.com. Proponía sacar una fotografía de tu pueblo o ciudad el día 11 de julio de este año 2010, durante la retransmisión de la final del Mundial de Fútbol de Sudáfrica. Ese día, a partir de las 20:30 horas, España se supondría un país fantasma, pues un alto porcentaje de su población iba a abarrotar bares, hogares y demás puntos de reunión para ver el partido del siglo, del que la selección española salió victoriosa.

Y así fue; más de 900 fotografías recibidas dieron fe del hecho. Rincones de ciudades como Madrid, Valencia, Girona o Bilbao, siempre repletos a reventar, recordaban a ángulos muertos de metrópolis abandonadas y agonizantes. ¿Puede el fútbol parar un país? Pues parece ser que sí. Además, la fotografía más votada se llevó un suculento premio otorgado por Lainformación.com.

Meses después, y por culpa de un simple tweet, Kurioso ponía otro propósito en movimiento: la edición de un libro solidario multiparcitipativo que recogiera las mejores fotografías de la convocatoria. Las ganancias conseguidas con su venta se destinarían íntegramente al proyecto ‘El valor de la infancia’, un conjunto de ayudas destinadas a proteger a los niños más necesitados de Ciudad del Cabo (Sudáfrica), gestionado por la ONG Save the Children.

Fotografía ganadora de 'La España Fantasma' en una página del libro

Fotografía ganadora de 'La España Fantasma' en una página del libro

Tras no pocas vicisitudes, el libro «La España fantasma» ya es una realidad gracias a la editorial a demanda Bubok y a una de sus imprentas, CimaPress. No se trata de una sucesión aleatoria de las mejores fotos, porque, y como se cuenta en el propio blog de Kurioso, «había que ofrecer alguna ventaja competitiva respecto al catálogo completo que ya está en la red. Para ello, el libro cuenta con los textos de los propios autores, comentando el anecdotario de sus fotos, y también las colaboraciones sorpresa de artistas, periodistas, humoristas y otros personajes relacionados de una u otra forma con el proyecto o las redes sociales».

El precio final del libro es de 18,00 €, de los cuales 6,10 € se destinan al proyecto de Save the Children en Sudáfrica y, el resto (11,90 €) es el valor pactado con Bubok para la generación del libro físico. Es un muy buen precio para un tomo de 132 página a todo color, con tapas de cartón duro y encuadernación cosida.

A mí me ha parecido una iniciativa preciosa, muy solidaria y altamante filántropica, por lo que voy a ser de los primeritos en comprar el libro. ¿A qué esperas tú? Encárgalo cuanto antes para asegurar su entrega antes de Navidad.

Y si tienes un blog, o cualquier otro tipo de web, sólo tienes que colocar un banner con un enlace a la web de compra, comunicárselo al autor de Kurioso a través de un comentario en la entrada donde encontrarás dicho banner, y participarás en el sorteo de un smartphone GeeksPhone ONE, androidado hasta arriba del todo. Que no es por el telefonito por lo que lo he colocado yo ahí a la derecha, ¿eh? Es por puro altruismo, por puro altruismo 😛.

Un gran debate en la Red: la orientación del papel higiénico

Rollo de la discordia

Rollo de la discordia

En ocasiones me resulta prácticamente imposible soslayar los comentarios de aquellos que aseveran que Internet no es más que una pérdida de tiempo inútil e inane. Y es que la Red nos regala a veces con perlas del conocimiento que se difunden diligentes y terminan por generar controversia y discusión a escala mundial, convirtiéndose al final en auténticos fenómenos interneteros o meme

Una de estas manifestaciones, que se presenta de manera recurrente cada cierto tiempo en sitios web, bitácoras, foros y salas de chat, es la referida a la orientación del papel higiénico a la hora de colgarlo en su soporte del baño. Esta auténtica gilipollez en grado sumo ha hecho correr ríos de tinta digital y ha revelado teorías varias y estudios de investigación más o menos profundos. 

Existen dos opciones de orientación para el papel higiénico cuando se utiliza un soporte de rollo con un eje horizontal paralelo a la pared: el papel higiénico puede colgar por encima (Modelo A) o por debajo (Modelo B) del rollo, esto es, por delante (más alejado de la pared) o por detrás (más cercano a la pared). La elección es, en gran medida, una cuestión de preferencia personal dictada por la costumbre, si bien diversas encuestas a consumidores estadounidenses y a especialistas en artículos de baño han arrojado algo de luz sobre el asunto, obteniendo un resultado de entre el 60% y el 70% de preferencia por la primera opción (colgando por delante). 

Modelo A y Modelo B

Modelo A y Modelo B

Lo que más sorprende a algunos observadores de Internet es el grado en el que las personas tienen opiniones fuertes sobre un tema tan trivial. Los defensores de ambas posiciones citan ventajas que van desde la estética, la hospitalidad y la limpieza, la conservación del papel o la facilidad de extracción de las hojas individuales. 

Pero la moda de este debate es anterior a Internet, ya que parece ser que surgió nada menos que en 1886, en Estados Unidos (cómo no). Todos los datos de la historia los recogía perfectamente una web ya desaparecida y llamada ‘The Great American Toilet Paper Debate’, donde se podía además votar por tu opción preferida y adquirir un kit un tanto peculiar. Todavía se pueden ver algunas de sus páginas vía Wayback Machine (la última versión que tienen guardada en caché es del 1 de agosto de 2008). 

Personalidades de la política, famosos mediáticos y reconocidos profesionales en cualquier cosa se han posicionado también en esta cuestión. Así pues, la actriz Tori Spelling, el cantautor Matt Wertz o el ingeniero Rae Hill dijeron en su momento que preferían la opción del papel colgando por delante; la columnista Ann Landers, el actor Dean McDermott o el periodista Gene Weingarten, entre otros, prefieren el papel colgando por detrás. 

De este tema han hablado profesores de sociología como Edgar Alan Burns, que reconoce que, el primer día de su curso introductorio a la sociología, les pide a sus estudiantes que se posicionen y razonen sobre el lado hacia el que piensan que un rollo de papel higiénico debe colgar. En los cincuenta minutos siguientes, los estudiantes examinan por qué eligieron sus respuestas, explorando (sin ellos saberlo) la construcción social de reglas y prácticas que nunca antes han pensado conscientemente. 

Se han escrito capítulos de libros, teorías físicas, reflexiones y todo tipo de manuales que arguyen multitud de razones (filosóficas, metafóricas, instrumentales y matemáticas) para defender cada postura. Con la llegada de Internet, como era de esperar, el debate se recrudeció y multitud de sitios web se hicieron eco de la tontería del colgamiento del papel, haciendo extensivo a la humanidad este dilema existencial que tan acuciante es para supervivencia en el planeta. 

Como ejemplos podemos citar las entradas sobre el tema en IndyPosted (en inglés) y en Carvajablog (en castellano). La propia Wikipedia tiene un extensísimo artículo (en inglés) en el que se muestran multitud de datos estadísticos, encuestas, argumentos de uno y otro bando, soluciones al dilema y una ingente bibliografía para perder el tiempo durante días. Por supuesto, la web Know Your Meme también dispone de información al efecto (vídeos chorras incluidos). 

Entre los diversos razonamientos de peso que se ofrecen por parte de los que se apuntan al debate podemos encontrar algunos muy interesantes y esclarecedores. Por un lado, los partidarios de que el papel cuelgue por delante argumentan ventajas como la reducción de roces de nuestros nudillos contra la pared o la facilidad para localizar visualmente el extremo suelto. Por su lado, los incondicionales de que cuelgue por detrás dicen que proporciona un aspecto más ordenado al baño (por no verse el extremo) y que, además, reduce el riesgo de que un niño pequeño o una mascota (como un perro o un gato) desenrrollen completamente el papel

En fin, como se aprecia es un debate sólo para sabios y expertos en humanidades. Los simples mortales seguiremos colgando el rollo como nos salga de las gónadas sexuales, dejando la disyuntiva para los entendidos. 

Siguiendo el ejemplo de la imagen de esta entrada, la de los Modelos A y B, sois totalmente libres, los lectores de este blog, para procrastinar un rato, dejando volar vuestra imaginación, y contarme cuál es vuestro preferido y por qué. Adelanto que en mi casa siempre ha sido el tipo A, porque me parece el más lógico, no sé.

La polémica de Jade Raymond

Jade Raymond

Jade Raymond

Jade Raymond (28 de agosto de 1975, Montreal, Canadá) es una productora y programadora de videojuegos, una de las pocas mujeres relevantes en ese mundo. Comenzó trabajando como desarrolladora de juegos educativos en IBM y en Microsoft, para después, y durante siete años, pasar por Sony y EA en Nueva York y San Francisco. Al final regresó a su Canadá natal con un contrato de programadora para Ubisoft Toronto. Hoy en día es la actual directora de esa misma empresa, una de las compañías de videojuegos más importantes del mundo.

La joven se formó en la universidad Marianopolis de Montreal para, posteriormente, graduarse en la Universidad McGill con una licenciatura en Ciencias Informáticas. Cuando era adolescente pasó un verano entero jugando diez horas diarias al ‘EverQuest‘ y al ‘Tekken 3‘ y, tras aquel ocupado estío, decidió que no quería volver a jugar más, que lo que deseaba con pasión era fabricar ese tipo de entretenimiento. Esto marcó sus futuros estudios tecnológicos.

Cuanto trabajó para Sony se especializó en partidas de juegos online, por lo que al comenzar a trabajar en EA se encargó de producir uno de los juegos en línea más populares de la empresa: ‘Los Sims Online‘. Ella fue directamente responsable de todo el diseño y la implementación de características de juego en línea.

En su etapa en Ubisoft ha sido productora ejecutiva de la afamada saga ‘Assassin’s Creed. Se encarga de supervisar el desarrollo del juego en cuanto al desarrollo técnico y creativo del mismo, así como del mantenimiento de calendarios y presupuestos. Asimismo, actúa como enlace entre el personal de desarrollo y el editor, o el personal ejecutivo, para asegurar que el juego sea entregado en el tiempo estipulado.

Esta chica es una joya, pues también tiene una licenciatura en Bellas Artes y forma parte de la junta de administración en Quebec de LOVE, una organización sin fines lucrativos dedicada a reducir la violencia juvenil en Canadá.

Y como nadie es perfecto, de ella tampoco se podría pasar por alto un pequeño problemilla que tiene: es demasiado guapa y atractiva. ¿Y esto es un problema?, os preguntaréis. Pues aunque no debería serlo, para Jade sí lo fue.

Durante la promoción de la primera parte de ‘Assassin’s Creed’, en 2007, gran parte de los profesionales del sector acusaron a la señorita Raymond de estar acaparando la atención más ella que el propio videojuego. Desde las trincheras se instó a Ubisoft a que dejara de utilizar la belleza y el atractivo físico de la mujer como un reclamo de marketing para ganarse a la prensa especializada.

Jade Raymond en la presentación de 'Assassin's Creed' en el E3 de 2007

Jade Raymond en la presentación de 'Assassin's Creed' en el E3 de 2007

El machista mundo de la industria de los videojuegos provocó una reacción en cadena a la que se sumaron muchos sitios web del entorno, como el blog Kotaku, que aseguraba que «Jade es atractiva para la prensa de videojuegos; por supuesto que vas a escribir sobre ella. Y una vez de que lo hagas, sucede que Ubisoft va a impulsar más su imagen, porque se dan cuenta de que tiene muy buena cobertura mediática«.

Habría sido francamente feo que Ubisoft Toronto hubiera utilizado a Jade Raymond como reclamo erótico de mercadotecnia, pero todavía habría sido mucho peor si eso no hubiese ocurrido nunca y el resto del mundo lo hubiera visto así. La testosterona de macho dominante aflora tanto por un lado como por el otro.

La historia se agravó posteriormente hasta límites desagradables, cuando la web Something Awful publicó un cómic pornográfico en el que se veía a  Jade Raymond hacer felaciones a tres jóvenes gamer a cambio de que le compraran el videojuego ‘Assassin’s Creed’. Ubisoft demandó a Richard «Lowtax» Kyanka, creador de la web donde apareció el cómic porque, según la empresa, infringía la propiedad intelectual y el copyright de la marca ‘Assassin’s Creed’, así como los derechos privados de Jade Raymond. Se comentó literalmente que era «un cómic vil y descarado, que ha causado un daño inconmensurable a la Sra. Raymond y a la reputación de su carrera, constituyendo una grave infracción de sus derechos personales y de su privacidad».

Desde aquel suceso, el cómic fue reiteradamente retirado de las diversas páginas web donde era colgado. Es por ello que no seré yo quien lo reproduzca aquí y ahora. (Pero, hombre, un enlace de otra página que sí se ha jugado el tipo siempre puedo colocar, ¿no?).

Jade Raymond debió de terminar bastante tocada con aquel asunto y, desde entonces, se deja ver muy poco, cuando siempre había participado en congresos, presentaciones y actos del sector de los juegos de vídeo. Aún así le siguieron lloviendo rumores, como aquel que apareció en los foros de GameTrailers.com que aseguraba que la muchacha se desnudaría para la publicación Maxim en el número de diciembre de 2007, bajo el titular «Chicas de videojuegos». La propia Jade no tardó en desmentir tal bulo, argumentando que jamás haría algo así y que le ofende que la gente piense que fuera capaz de hacerlo.

Qué triste tener que hablar de este tipo de temas acaecidos en pleno siglo XXI. Si Jade Raymond hubiera sido un cardo borriquero, más fea que un callo malayo, ¿habría sucedido lo mismo? ¿Habrían acusado a Ubisoft Toronto de promocionar el juego de manera obscena? Aunque queda una última pregunta más dura, si cabe: ¿habría Ubisoft Toronto permitido dar la cara a su productora?

Sea como fuere, y tuviere la culpa quien la tuviere, tanto por parte de unos como de otros deberían haber considerado las declaraciones y las actuaciones antes un poquito. Mientras el culto al cuerpo (femenino o masculino) sea más importante que el culto a la persona se seguirán dando situaciones como esta. Somos animales y como animales nos comportamos.

El bundle de los cojones

Un bundle de esos

Un bundle de esos

Hace un par de semanas o tres llama a la oficina una moza, comercial de un proveedor nuestro, que me quiere ofrecer unos productos que tienen en muy buena oferta. Tras la presentación de rigor, lo primero que espeta por su boca es que tienen unos descuentos muy majos en un bundle que… ¡quieta parada!, la interrumpo. ¿Un qué? Un bundle. ¿Un?. Bundle.

Yo que soy muy mío, cuando no entiendo algo, suelo dejar que parloteen durante algunos minutos más, a ver si siguiendo el hilo de su soliloquio consigo adivinar de qué coño me están hablando. Y es que en el mundo de la informática va todo tan deprisa, que muchas veces aparecen artilugios o conceptos que la primera vez que los oyes te tiras de los pelos hasta que consigues adivinar qué pueden ser. Posteriormente se hacen como de tu familia y se quedan grabados a sangre y fuego en tu memoria.

El caso es que en esta ocasión no me pude contener y no tuve más salida que frenarla en seco, porque el bundle de las pelotas me sonaba tan cercano y a la vez tan distante que mi cerebro, a golpe de provocar repeticiones de la chiquilla, intentaba inferir su significado.

Por fin, y cuando le pregunté qué carajos era un bundle, la chica esbozó una sonrisa burlona que a través del teléfono no pude ver, pero que intuí perfectamente. Un bundle, caballero es un pack. Es que en mi empresa están un poco americanizados, sabe.

Tócate los cojones, resulta que el bundle del demonio no era ningún nuevo método de almacenamiento masivo ni ningún sistema interactivo de réplica de contenidos, sino un pack, un triste y simplón pack (en este caso de una impresora de tiques y un lector de código de barras). Vamos, que lo que hace años era un kit y luego pasó a ser un pack, ahora se llama bundle.

Nunca termino de entender completamente ese complejo que tenemos en España (y supongo que en otros países también) que hace que despreciemos de una manera vil nuestra lengua y sus vocablos en favor de anglicismos estúpidos y rimbombantes (que muchas veces terminan por ser aceptados por la RAE). Pero claro, es que ofrecerme un conjunto o un grupo de artículos en oferta no es cool ni fashion. Es mejor vender un puto bundle que suena a yankee doodle que te cagas y me va a entrar por los oídos como alta tecnología americana.

Somos lo más de lo más en cuestión de modernidad llamando pines a las insignias, cómics a los tebeos y tuppers a las fiambreras de plástico. Las cosas en inglés suenan mucho mejor, dónde va a parar.

Los calzoncillos se han convertido en slips, los aparcamientos en parkings y los representantes en mánager. No nos ofrecen un aperitivo, sino un cóctel; ya no vemos ningún tipo de programa televisivo, vemos magacines, reality shows y spots; y si comemos bacón creemos que nos engorda menos que la panceta ahumada. Aunque ya da igual engordar, en cualquier gym podemos encontrar clases de aeróbic, fitness, step y spinning. Por cierto, esto último es pedalear al ritmo de la música en una bicicleta estática de toda la vida. ¿Se imaginan un gimnasio que oferte «bicicleta estática a ritmo de música»? No va ni Dios. Pero si colocan un rótulo que diga spinning o indoor cycling, aquello se llena hasta la bandera. Qué paletos somos.

Pues yo lo siento mucho, pero mientras pueda utilizar las palabras de nuestro rico idioma (más rico y complejo que el inglés, que es una de las lenguas más fáciles y simples del mundo) lo seguiré haciendo. Y digo mientras pueda porque esta invasión es imparable y nos lleva a todos por delante como una riada. Desde luego que no hablaré de disco digital óptico si puedo decir deuvedé, pero un conjunto es un conjunto. Y se mete usted su bundle por donde le quepa, señorita. Do you know?

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