Dubna 48K, el clon soviético del ZX Spectrum

Dubna 48K

Dubna 48K

Cuando los soviéticos no querían vender nada que oliese a Europa occidental, y muchísimo menos a Norteamérica, se dedicaban a copiar cacharros de éxito de todo el mundo y a venderlos como propios, creando clones muy interesantes que hoy representan un artículo muy friki para los coleccionistas retro.

Este es el caso del Dubna 48K, un clon del ZX Spectrum 48K aparecido en 1991. Basado en un procesador análogo (y también clon) del Zilog Z80, se llamaba Dubna por el nombre de la ciudad en la que fue desarrollado. Contaba, como es lógico, con 48 kB de memoria RAM, una resolución de 24 líneas de 32 caracteres cada una, 8 colores y puerto RS-232. Era compatible con la unidad ZX Microdrive, cargaba los juegos desde cinta y traía un BASIC totalmente compatible con el del ordenador de Sinclair.

Dubna 48K

Dubna 48K

El problema es que apareció diez años después que el Spectrum, por lo que nació ya totalmente obsoleto. Sin embargo, en la Unión Soviética, en aquella época, andaban también como diez años o más por detrás del resto del mundo, así que lo introdujeron ampliamente en las escuelas de secundaria soviéticas; y ello en el momento en el que ya pululaban por ahí sistemas como Unix, DOS o Windows.

Dubna 48K

Dubna 48K

La mayoría de los juegos que se programaron para el Dubna 48K fueron portados de una videoconsola soviética de 8 bits que, también, era un clon de la NES de Nintendo y que se llamaba Dendy. ¡Unos cracks, estos rusos!

Cuando hubo juegos de 8 bits en discos de vinilo

Flexi disc

Flexi disc

Esto es algo muy raro, muy raro; pero existió. En los años sesenta, la empresa Eva-Tone Soundsheets introdujo en la industria discográfica el llamado flexi disc, también conocido como flexi disco, flexi a secas y hasta como discoflex. El caso es que era un formato de disco de 7 pulgadas compuesto por una lámina flexible de vinilo del espesor de una hoja de papel. Tenía una calidad de sonido pésima y una muy corta vida de uso, pues los surcos terminaban por borrarse. Es por ello que, desde su invención, su uso fue ante todo promocional y rara vez tuvo un carácter comercial.

Al llegar los años ochenta y cuando se popularizaron los ordenadores caseros de 8 bits, el flexi disc resurgió tímidamente, apareciendo en algunas revistas del sector como regalo e incluyendo programas y juegos. El primero de todos, probablemente, vino con la revista británica Your Computer en junio de 1982. Este número incluía un flexi disc con un juego tipo reversi para el ZX-81 de Sinclair; se llamaba ‘ZX Othello’.

Flexi disc de la revista 'Your Computer'

Flexi disc de la revista ‘Your Computer’

Posteriormente, la misma publicación regalaba otro flexi con tres juegos: el ‘Galactic Hitch-Hiker’ para ZX-81, el ‘Antispace’ para VIC-20 y el ‘Spectrum Speedster’ para ZX Spectrum.

Flexi disc de la revista 'Your Computer'

Flexi disc de la revista ‘Your Computer’

En España hubo un caso también en el que un flexi disc llegó a nuestras manos, en este caso desde el interior de la revista MicroHobby. En el número 37 de julio de 1985, la famosa publicación nos regalaba un disco con dos juegos para ZX Spectrum, el título de estrategia ‘Wargame’ y una demo del gran ‘Hyper Sports’, un videojuego deportivo de Konami.

Revista 'MicroHobby' con su flexi disc

Revista ‘MicroHobby’ con su flexi disc

Los flexis se reproducían en un giradiscos al uso, pero había que colocarlos sobre un soporte especial o sobre otro disco mayor para que estuvieran planos a la hora de pasar la aguja por sus surcos. Los equipos de alta fidelidad se podían conectar directamente a los microordenadores para cargar y correr los programas, pero lo que los expertos recomendaban era grabar el disco en una cinta de casete para, después, cargar la cinta en el equipo de la manera clásica.

La verdad es que los juegos que venían con estos discos raras veces lograban ser cargados, pues el audio era muy malo y la calidad del material terrible. Sin embargo, ahí quedan para la memoria colectiva aquellos flexis que traían programas de 8 bits, que existieron aunque poca gente los recuerde.

Por cierto, alguna vez se suele vender alguno en eBay, por si alguien quiere estar al tanto.

Doris Self, la emperatriz destronada de ‘Q*bert’

Doris Self

Doris Self

En 1982, Warren Davis y Jeff Lee traen al mundo a ‘Q*bert‘, un mítico videojuego para arcades ochenteros que se convirtió, a la sazón, en el título lúdico con más productos de merchandising, por detrás de Pac-Man y Donkey Kong. El objetivo de ‘Q*bert’ era cambiar el color de todas las caras superiores de una pirámide escalonada haciendo que el protagonista saltara encima de ellas mientras evitaba obstáculos y enemigos varios. Hoy día ha sido rememorado en nostálgicas películas como ‘¡Rompe Raplh!‘ (2012) o ‘Pixels‘ (2015).

La perspectiva isométrica de ‘Q*bert’ hacía de él un videojuego bastante complicado de manejar, sobre todo al principio. Sin embargo, siempre había mentes privilegiadas que discurrían de manera veloz y hacían de sus movimientos manuales toda una coreografía en pantalla para el atrompetado gusarapo naranja.

Una de esas mentes era la de Doris Self, una jugadora (de las pocas) nacida en septiembre de 1925 en Estados Unidos, que se convirtió en una leyenda en 1984, a la edad de 58 años, al ser reconocida como la campeona de videojuegos más mayor del mundo. En el Video Game Masters Tournament de aquel año, organizado por Twin Galaxies, Doris consiguió un total de 1.112.300 puntos en ‘Q*bert’, conquistando el récord mundial de la época.

Esta marca fue sobrepasada posteriormente en varias ocasiones, pero ella no cejó en su empeño de volver a lograrlo durante los veinte años siguientes, cosa que no consiguió. En el año 2005, viajó a Londres para intentar revalidar el título de campeona mundial de ‘Q*Bert’; ella fue una de las personalidades que se dejó ver en la Classic Gaming Expo-UK, el 13 de agosto en el municipio de Croydon.

Doris Self

Doris Self

Posteriormente, durante un fin de semana de abril del año 2006, Doris se enfrentó a Kelly Tharp, un estadounidense que intentó pasar a la historia ese mismo año por jugar una partida de ‘Q*bert’ durante 44 horas seguidas y en la que logró 19,9 millones de puntos. El evento, conocido como «The King vs The Queen Q*Bert Smackdown» y celebrado en Florida (EE. UU.), fue intensamente publicitado y filmado para ser incluido como parte del documental ‘The King of Kong‘ (2007), en el que multitud de gamers pugnan por machacar récords mundiales en videojuegos de arcade clásicos.

Desgraciadamente, Doris Self falleció en un accidente de tráfico el 3 de octubre de 2006; tenía 81 años. En el año 2007, Doris fue reconocida en el Libro Guinness de los Récords como la competidora de videojuegos más anciana del mundo. Sus últimos intentos procuraban recuperar su antiguo título como campeona de videojuegos más mayor documentada, que hoy día ostenta John Lawton a sus 72 años como campeón de ‘Depth Charge‘, un juego de 1978 para Apple II.

No puedo ser.

Doris Self

Doris Self

Controversia con el doblaje español de la película ‘Pixels’ en cinco puntos

'Pixels' (2015)

‘Pixels’ (2015)

O más bien con la traducción, no con el doblaje. Y es que desde que se estrenó la película en julio de este año, diversas han sido las voces que se han levantado desde las trincheras digitales y retroinformáticas en contra de los términos utilizados en el doblaje español. Y también es verdad que hay muchas otras voces que rebaten los argumentos de las primeras. Vamos, una controversia en toda regla.

Pixels‘ relata la invasión alienígena de una raza de bichos que utiliza antiguos videojuegos terrestres como arma contra los humanos. Las grabaciones de un torneo de arcades en los años ochenta son enviadas al espacio exterior con el objeto de contactar con vida extraterrestre. Treinta años después, los alienígenas responden con una ofensiva videojueguil, pues interpretaron aquellas imágenes como una declaración de guerra.

En la película, pues, se utilizan diversos términos y nombres informáticos que a los frikis del lugar no han gustado una pizca. Ello unido a que el largometraje tampoco es para tirar cohetes, más allá de la morriña que provoca el recuerdo de aquellos títulos de entretenimiento, ha provocado que se cargue aún más contra este reciente estreno.

Para mí, la verdad, tanto unos como otros tienen parte de razón.

Número uno: «arcades» o «maquinitas». En la película se hace siempre referencia a los arcades llamándolos maquinitas. Esto ha enervado especialmente a los retronostálgicos, que defienden que el nombre de arcade debería ser el correcto. Lo cierto es que en la España de los ochenta, nadie decía arcade por aquí, y los términos de máquina o maquinita eran únicamente los utilizados; muchos llamaban a los salones recreativos «salas de máquinas» o «salas de juegos». Es cierto que en el mundo retro actual nadie habla ya de maquinitas, porque no es un término guay, y todos los llaman arcades. ¿Qué hacemos, entonces?

Número dos: «Invasores del espacio» o «Space Invaders». El primero de los títulos es el que se utiliza en la película, y esto sí que puede ser un error de bulto. El juego se ha llamado de toda la vida Space Invaders y es el único al que se le ha traducido el nombre en el filme. ¿Por qué? Pues, probablemente, porque si no se hubiera traducido no se habría podido entender un chiste que hace el protagonista cuando le dice a un antiguo amigo aquello de «¿últimamente has jugado mucho de los Invasores del espacio?, porque estás invadiendo mi espacio». Por cierto, es España este juego siempre se conoció como «los marcianitos«.

Número tres: «Pac-Man» o «Comecocos». Hilando con el punto anterior, podríamos concebir que Pac-Man se hubiera traducido como Comecocos de forma lógica, pues es como se ha conocido en España desde siempre. Sin embargo en la película hablan de Pac-Man, quizás porque con el nombre de este juego no hay chiste aparejado.

Número cuatro: ¿4chan es «fourchan» o es «cuatrochan»? En la peli, en una secuencia, dicen «cuatrochan» para referirse al irreverente imageboard internetero, algo que ha levantado postillas entre los internautas, pero en ambos sentidos. Unos reclaman que siempre se ha dicho «fourchan» (es su nombre en inglés) y otros que en España todo el mundo dice «cuatrochan». Yo, desde luego, siempre lo he nombrado como «fourchan».

Número cinco: «[microsoft]» o «[máicrosoft. Aquí siempre hemos pronunciado el nombre de la empresa de Redmond como se lee en castellano, por lo que, en una película, ¿deberían decirlo así o deberían pronunciarlo en inglés como se hace en ‘Pixels’? Buena pregunta.

El caso es que la polémica está servida. Ya seamos puristas o prefiramos los términos modernos, la discusión se presenta en bandeja para cualquiera que quiera entrar en ella. Yo no me posiciono y me quedo al cincuenta por ciento entre los unos y los otros.

Las últimas mejores intros de 4 KB te van a sorprender

Intro 4K

Intro 4K

La demoscene es una subcultura informática que nace en la época de los 8 bits y se populariza en los años de los 16 bits, llegando hasta nuestros días prácticamente sin desvirtuarse en lo que a la esencia se refiere.

Una demo es un pequeño pedazo de software ejecutable que incluye música, imágenes y animación. Su origen se remonta a la época del Spectrum y el Commodore 64, cuando los revientajuegos metían sus perlas digitales en el software pirateado a modo de firma introductoria antes de la ejecución (de ahí el nombre de intro para este tipo de demos). Aquella moda se convirtió en competición, y los jóvenes expertos pugnaban por desarrollar una intro mejor y más impresionante que sus contrincantes (amigos y conocidos, normalmente).

El mundo de la intros de 64 KB es el que más llama la atención al extraño o visitante, ya que suelen ser animaciones con luces, sombras y texturas bastante conseguidas para tener que ocupar tan poco espacio en disco. Sin embargo, la intro 4K sigue siendo la niña bonita de los desarrolladores y expertos, porque implica un reto que es dechado de imaginación, ingenio, creatividad y conocimiento, sólo apto para sufridores extremos dispuestos a compilar cientos de veces hasta que aquello entre en 4.096 bytes, aunque sea con calzador y a cabezazos.

Los Premios Scene.org fueron los más famosos y reconocidos de la demoscene desde el año 2002 hasta el año 2011. Desgraciadamente, este concurso desapareció por el simple hecho de que sus organizadores debían de tener cosas más importantes a las que dedicarse. Sin embargo, ahí dejaron su legado, y el sitio web sigue funcionando y proporcionándonos información sobre todos los concursos y ganadores de aquellos diez años, tanto en materia gráfica, como en concepto original, sonido, efectos especiales, demos, intros de 64 kas y, por supuesto, intros de 4 kas, entre otros.

Como muestra un botón: aquí os presentamos, en formato videotubo (lo cual ocupa bastante más que las animaciones originales), las mejores seis intros 4K del último de los concursos. Son seis vídeos que sorprenden a propios y a extraños, sobre todo si pensamos que estas joyitas están encajadas sólo en cuatro kilobytes. ¡Increíble, pero cierto! También disponéis de un enlace para descargar el ejecutable original de la intro.

Chaos Theory 4k (KK remix), por DMA
[primer premio]
<Descargar intro>
Anglerfish, por Cubicle
[finalista]
<Descargar intro>
Code Is My Pron, por Nuance
[finalista]
<Descargar intro>
Michigan, por Loonies
[finalista]
<Descargar intro>
Sumu, por Cubicle
[finalista]
<Descargar intro>
Wishful Seedling, por Fnuque & Loonies
[finalista]
<Descargar intro>

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