De imbéciles autorreferentes y otras formas de vida inteligente

Imbécil soy
Resulta que recibo, por enésima vez, el correo de la Virgen de Guadalupe de los huevos, que no tengo nada en contra de ella, pera ya me cae gorda, y eso que que ni la conozco a la buena mujer. Un hoax de esos de no rompas la cadena que te mueres fijo, la Virgen milagrosa te manda una desgracia y serás un puto desdichado para el resto de tus días. Pues vaya unos cojones de Virgen, me pregunto yo, que si no continúas un correo encadenado te condena al más fatal de los infortunios. Cómo está el clero 2.0, jesusmariayjosé.
El caso es que, la que me lo envía, es una amiga de toda (o casi toda) la vida, licenciada cum laude y con una orla impresa en papel gordito, de esos que se pueden enmarcar con portada de cristal y colgar de la pared para beneplácito de tus visitas hogareñas. Una gafotas empollona, vamos.
A mí, las cosas no me importan de qué calado son, tanto como de quién proceden, porque etiqueto a las personas por su educación y sapiencia, que no por sus estudios, que a veces difieren bastante de lo que son capaces de soltar por la boca. Entonces, en un arrebato de esos de lobo feroz, me da por contestar al hoax, pero no a ella sola, sino a todos los contactos que aparecían anejados en el correo dichoso (por joder, sin más). Porque sí, se lo remitió a todo cristo, sin copias ocultas ni nada de eso que sabemos los paletos que no tenemos estudios.
Respondiendo. Me extraña, querida mía (esto era para putear), que una persona de tu pulcra erudición (esto también) se deje engañar por bulos como éste que dejan a la altura de un barrizal al Homo sapiens y a su supuesta inteligencia sobresaliente. No creo que seas ajena a los cientos de hoax que pululan por Internet y que procuran embaucar a tontos de baba por el simple hecho de molestar o zaherir, así que te conmino a que aparques tu errada disposición y dejes de palpar las gónadas sexuales del que escribe para dedicarte a otros hilvanes que no menoscaben la sensatez de mi inteligencia.
La respuesta fue desproporcionada, a la par que deficiente (mental). ¡Tú eres tonto! Allá tú y lo que piensas, pero como la Virgen te castigue, luego no me vengas a reclamar. Por supuesto que soy consciente de bulos que circulan por ahí, ¿pero, qué pierdes con reenviar un puñetero correo a diecinueve personas en los próximos diez días, eh? Como rompas la cadena y te pase algo, no quiero que me eches la culpa a mí. Tú sabrás.
Anonadado ando desde ese día. ¿Qué habrías hecho tú si te encontraras en similar situación? Pues, como mínimo (supongo), escribir una entrada en tu blog ciscándote en la madre que parió a esta calaña de rameras del embuste y de la filfa; ralea del infundio y gente de la estofa de los farsantes, cuentistas y embusteros. Pues en ello estoy: me cago en tu progenitora que, la pobre, no tuvo culpa de engendrar una aberración tal, que echa para atrás con tan sólo oírla berrear por ese hocico anormalidades de semejante calibre.
Si Dios existe, y la Virgen también, cosa que, no es que dude, es que celebraría, así se te presenten cien años de penurias por hacer caso de correos de y para tontos del culo. Aunque lo más seguro es que tu ignorancia te provoque más desgracia en esta vida que en la venidera.
Fin del post, amiga; desde ahora, ex amiga. Como decía el profesor en la peli de ‘South Park’: Está bien, ahora a ver si contesta alguien que no sea un retrasado mental.