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El videojuego ‘Vixen’: cuando un bikini generó controversia

'Vixen'

‘Vixen’

Era agosto de 1988, calor en las calles de Londres. La distribuidora británica de videojuegos Martech Games apuraba los últimos detalles del lanzamiento de su último título, ‘Vixen‘, un juego de plataformas desarrollado por Intelligent Design y del que aparecerían copias para Commodore 64, Amiga, Atari ST, Amstrad CPC, ZX Spectrum y PC. Nadie presentía lo que iba a suceder.

En la portada una jaca del momento, la modelo y bailarina británica Corinne Russell vestida de Vixen, el último ser humano en el planeta Granath (ahora gobernado por una raza hostil de dinosaurios), con el traje típico del fin de la raza: bikini de piel de algún gran felino, calentadores de piernas a juego, bisutería de hueso precámbrico, tacón alto (muy cómodo para la ocasión) y látigo en mano para aniquilar enemigos y recoger gemas a lo largo de trama.

La polémica estaba servida, y no tanto porque la imagen fuera poco puritana o demasiado atrevida —estamos hablando de finales de los ochenta—, como por la procedencia de la muchacha. La joven, que contaba entonces veinticinco estupendas primaveras, había aparecido seis años atrás (en agosto de 1982, con 19 años) como una page three girl del tabloide británico The Sun. Las «chicas de la página tres» fue un formato surgido en The Sun en el año 1970 y que consistía, básicamente, en una fotografía en topless o semidesnuda de una modelo femenina que se publicaba en la tercera página del diario.

'Vixen'

‘Vixen’

Corinne Russell se había convertido en una de las favoritas chicas del destape de los lectores del periódico. Su cuerpo de infarto y su cara de ángel caído del cielo la habían encumbrado hacia la estratosfera del fetiche del desnudo femenino de todos los tiempos en aquella publicación. Pero no sólo eso, y es que también se pudieron ver sus curvas en la revista pornográfica estadounidense Oui (enero de 1984), en la revista norteamericana del mismo género High Society (octubre de 1986) y en la misma publicación en mayo de 1988.

Corinne Russell en 'The Sun'

Corinne Russell en ‘The Sun’

Aquel doble rasero de la sociedad británica de finales de los ochenta no podía permitir que una mujer de moral tan distraída como Russell —que llegaría a ser portada hasta de la revista Playboy italiana en enero de 1990— fuera imagen de un videojuego, algo que, por aquel entonces, estaba totalmente identificado con un divertimento infantil y adolescente.

Las continuas apariciones en publicaciones para adultos no encajaban con el prototipo que se esperaba de una fotografía que consumiría el público menor de edad, aunque estuviera perfectamente vestida para el fin del mundo con su bañador de dos piezas. Y es que ya había pasado algo similar, aunque no tan potente, un año antes con la aparición de la modelo Maria Whittaker en la portada del videojuego ‘Barbarian: The Ultimate Warrior‘ de Palace Software.

Este caso era mucho más flagrante, y las distintas asociaciones de padres y usuarios se le echaron al cuello a Martech Games. La gran cadena de almacenes Boots se negó a distribuir el videojuego hasta que la cubierta no fuera sustituida por otra menos provocativa, cosa que sucedió: Martech cambió la portada, debido a esas presiones externas, por otra «más decente».

Sin embargo el globo de la polémica explotó las expectativas de ventas del juego. Y no sólo del juego, porque la revista Your Sinclair, en su número de mayo de 1988, trajo una portada a todo color de Corinne Russell con el traje de la heroína Vixen, pero en una postura todavía más provocativa que la del estuche del videojuego y, además y como el propio videojuego traía, incluía un póster central de la moza matadinosaurios. Aquel número de Your Sinclair se convirtió en el segundo más vendido jamás publicado, con 80.368 ejemplares.

Corinne Russell en 'Your Sinclair'

Corinne Russell en ‘Your Sinclair’

Se cambiaron las tornas, y el juego se convirtió en un exitazo en Gran Bretaña y fuera de allí. En España (donde lo distribuyó ERBE), la revista MicroHobby alabó sus gráficos y, sobre todo, sus movimientos, ya que estos se habían diseñado mediante primitivas técnicas de rotoscopia o captura de movimiento. Hasta la prestigiosa revista inglesa Crash de ZX Spectrum publicó un artículo avergonzándose de la censura a la que había sido sometido el videojuego por culpa de su portada y a la persecución absurda y a la reprobación de un cuerpo femenino en bikini, tanto por supuestamente indecente como por sexista, cuando en aquel momento era moneda de cambio en la publicidad generalista.

Un absurdo que ocasionó el efecto contrario al que quería provocar; y eso que todavía no existía Internet a nivel domestico.

'Vixen' para Commodore 64

‘Vixen’ para Commodore 64

La historia del software ‘PrintMaster’

'PrintMaster'

‘PrintMaster’

PrintMaster‘ surge en 1985, de la mano de Unison World, por cuenta de una batalla legal entre esta empresa y Brøderbund Software, la ochentera compañía de software educativo, videojuegos y herramientas de productividad creadora del afamado ‘BannerMania‘.

David Balsam y Martin Kahn, programadores de Pixellite Software, desarrollan en 1983 el programa de edición ‘The Print Shop‘ para Apple II. Tras casi tres meses de trabajo, le llevan la aplicación —conocida inicialmente como ‘Perfect Occasion’— a Brøderbund Software, que no duda en publicarla.

Un año más tarde, 1984, la empresa Unison World llega a un acuerdo con Brøderbund Software para llevar ‘The Print Shop’ a los PC del momento sobre el sistema operativo MS-DOS de Microsoft. Sin embargo, cuando Unison World había pasado un mes trabajando en esta versión, la compañía rompe las relaciones con Brøderbund Software, por lo que los programadores obtienen total libertad para hacer un software similar a ‘The Print Shop’. Aquella nueva aplicación, con muchas mejoras y añadidos, se llamaría ‘PrintMaster’.

'PrintMaster'

‘PrintMaster’

Este órdago de Unison World la llevaría a los tribunales, en 1986, a raíz de una denuncia de Brøderbund Software, que recibió ‘PrintMaster’ como un ultraje, entendiendo que era una copia exacta de su software.

‘PrintMaster’ apareció para PC y, también, para Commodore 64 en 1985, llevándose la más amplia porción de la tarta de aplicaciones de diseño y aplastando, prácticamente, a ‘The Print Shop’. El programa permitía diseñar tarjetas, invitaciones, carteles, calendarios y otros por medio de diferentes patrones gráficos, diversas tipografías y más de un centenar de imágenes y gráficos prediseñados.

'PrintMaster'

‘PrintMaster’

Para los nostálgicos de aquel momento, ‘PrintMaster’ nos retrotrae a los años en los que pudimos imprimir las portadas de nuestros trabajos escolares con una calidad gráfica que, para nosotros, era colosal. Por cierto, posteriormente aparecerían dos versiones más: PrintMaster Plus (1987) y PrintMaster Plus 2.0 (1988).

La misteriosa revista de la película ‘Juegos de guerra’

'Juegos de guerra'

‘Juegos de guerra’

¡Protovisión, ya te tengo! Así exclamaba David Lightman (Matthew Broderick), protagonista indiscutible de la película de culto geek ‘Juegos de guerra‘ (‘WarGames, 1983’), cuando comenzaba a marcar números de teléfono para intentar localizar a aquella empresa que aparecía anunciada en una revista de informática y que iba a sacar a la luz unos videojuegos que revolucionarían el mercado.

Protovision, I have you now!, una frase icónica que revolucionaría la cultura hacker ochentera y removería conciencias en los últimos años de la Guerra fría. Protovisión era una empresa de videojuegos ficticia que anunciaba sus títulos —en el telefilme— entre las páginas de una misteriosa revista que se ha creído de atrezo durante los treinta años posteriores al estreno de la película. Y todo ello hasta que un internauta, conocido como Michael Walden, desveló no hace mucho la verdad sobre este asunto: la revista es real y pertenece a la época concreta del rodaje.

Walden siempre asumió que ese encuadernado era una publicación informática de aquellos años, vestida, eso sí, con algunas pocas páginas falsas y una portada y contraportada diseñadas para el momento (para evitar infracciones de derechos de autor o marcas). Por lo que se preguntó, «¿qué revista pondrían los productores de ‘Juegos de guerra’ en las manos de aquel joven y ambicioso hacker?».

La revista se llamaba ‘Creative Computing‘, un boletín mensual, pionero en el mundo de la computación, que se publicó entre 1974 y 1985; el fascículo que aparece en el película, concretamente, es el volumen 8 – número 9, numeración que se corresponde con el publicado en septiembre del año 1982.

El número de 'Creative Computing' de la película

El número de ‘Creative Computing’ de la película

Pero, de lejos, la mejor parte de esta historia no es qué revista encontró Michael Walden, sino cómo encontró. Y es que le costó una investigación exhaustiva durante treinta años (suponemos 🙂  que no de manera continuada), desmenuzando cada fotograma de la escena clave de la película donde aparece la revista. Recopiló todas las características de la cubierta y de la contracubierta, los números de página e, incluso, el contenido real. El joven Lightman, al pasar las páginas mientras desayuna, pone de manifiesto historias originales de la publicación entre los anuncios publicitarios falsos.

Incluso con toda esa información recabada, Walden no disponía de datos suficientes, aparte de un esquema de colores, unas pocas palabras, un dibujo borroso, un número de página y un anuncio de Elephant Memory Systems, una compañía de Massachusetts (EE. UU.) que comercializaba disquetes informáticos de todo tipo. Pero el tiempo y la perseverancia darían sus frutos.

Contraportada de la revista

Contraportada de la revista

Una icónica franja roja en la esquina superior derecha de la portada fue la primera pista definitiva (ver un par de imágenes más arriba). A partir de ese momento, cada vez más detalles ayudaron a reducir las posibilidades a un título y número en particular. Fue, finalmente, el nombre del escritor tecnológico Robert Lawler, que se vislumbra entre las páginas de la revista, lo que le llevó a la nueva recopilación de revistas antiguas escaneadas de ‘Creative Computing’ que el sitio web Internet Archive acababa de publicar.

La satisfacción fue inmensa para Walden y, desde ese momento, nos dejó como legado un detalle más despedazado, increíblemente interesante, de una de las películas geek a la que más culto se rinde en la actualidad.

El bikini más antiguo (y famoso) en formato GIF

Cheryl Tiegs

Cheryl Tiegs

En los tiempos de las BBS, las imágenes más codiciadas en formato GIF que corrían entre módem y módem eran las de mozas en bikini o ligeras de ropa, y es que proporcionaban una estimulación «cultural» (aceptable en clasificación PEGI 12) para los adolescentes masculinos de la época.

Así como ya contamos en su día que la primera imagen digital de la historia fue una fotografía del hijo de Russell Kirsch y, también, que una foto subida de tono de Lena Söderberg para la revista Playboy sirvió para desarrollar los primeros algoritmos de compresión de imagen, hoy traemos a la palestra a Cheryl Tiegs, muy probablemente la primera modelo en bikini (formalmente un bañador) aparecida en un archivo GIF.

Archivo GIF original

Archivo GIF original

El fichero —que contiene la foto que se puede ver aquí arriba— está digitalmente fechado el día 29 de octubre del año 1987, esto es, sólo cuatro meses después de la fecha de publicación de la primera especificación GIF (15 de junio de 1987), la conocida como GIF87a, la configuración original y primigenia del estándar para imágenes de color indexado, que utilizaba compresión LZW y tenía la posibilidad de estar en formato entrelazado.

La imagen, en sí misma, proviene de una fotografía obtenida por Walter Iooss Jr. (un fotógrafo estadounidense especializado en instantáneas deportivas) para la edición de trajes de baño del anuario ‘Sports Illustrated Swimsuit Issuen’ de la revista ‘Sports Illustrated’ en 1978. Cheryl Tiegs es una modelo y diseñadora de moda estadounidense —hoy tiene ya 69 años— a la que frecuentemente se considera como la primera supermodelo americana. Esta foto suya de 1978 y, sobre todo, otra conocida como Pink Bikini del mismo año, han llegado hasta nuestros días como imágenes icónicas de la cultura pop de los setenta americanos; el traje de baño transparente produjo un gran escándalo en aquel entonces.

La fotografía fue digitalizada, con un escáner de mano, directamente desde la propia revista. No se conoce su autor legítimo, pero probablemente fuera Jim Maxey, fundador y presidente de la afamada BBS Event Horizons, quien creó y originó muchos archivos GIF en los primeros días del formato.

El nombre original del archivo en TEIGS.GIF (el apellido de la muchacha mal escrito), es un GIF, como decíamos, del tipo 87a no entrelazado, de 640 x 350 píxeles (EGA), con una profundidad de color de 4 bits (16 colores) y originado en una plataforma IBM PC o compatible.

Los Macintosh firmados por Steve Jobs (y su equipo) en los ochenta

Carcasa de Macintosh firmada

Carcasa de Macintosh firmada

Si eres dueño de un Macintosh 128K (1984), de un Macintosh 512K (1984) o de un Macintosh Plus (1986), has de saber que tu ordenador está firmado por Steve Jobs, y también por Steve Wozniak y por el resto del equipo de desarrollo de aquel entonces.

En la elaboración del Macintosh original, Steve Jobs se veía a sí mismo y a su equipo como un grupo de auténticos artistas. Tal se creían, que consideraron apropiado firmar su trabajo como si de un cuadro se tratara. A instancias, pues, de Jobs, el grupo de diseño del Mac organizó una pequeña fiesta el 10 de febrero de 1982, durante la que comieron tarta, bebieron champán y se turnaron para firmar con sus nombres en un papel. Utilizando aquella hoja como plantilla, Jobs ordenó que se grabaran las firmas en el molde de la caja de los Macintosh, haciendo que estos autógrafos quedaran permanentemente cincelados en la caja de plástico de cada uno de aquellos ordenadores que salieron de la línea de producción

Hoja de firmas (clic para ampliar)

Hoja de firmas (clic para ampliar)

Todos los nombres adornaron originalmente el interior de la primera versión del Macintosh —el 128K— pero, según Andy Hertzfeld, a la sazón miembro del equipo de desarrollo de aquel Mac, algunos nombres se perdieron con el tiempo debido a las revisiones posteriores del diseño de la carcasa.

Para localizar las firmas, simplemente hay que abrir la máquina y mirar en la parte trasera de su chasis. Debemos tener en cuenta que la presencia de firmas no hace que un Macintosh sea más valioso, pues todos y cada uno de los de aquella época las tiene, sin excepción.

Firmas en el interior de la carcasa (clic para ampliar)

Firmas en el interior de la carcasa (clic para ampliar)

Poco después del lanzamiento del primer Macintosh, en 1984, la mayor parte del equipo de desarrollo original se separó de la compañía. Sin embargo, y de una manera poética, aquellos hombres siempre permanecerán unidos dentro de cada Macintosh; es un digno y hermoso monumento a un extraordinario capítulo de la historia de la informática.

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