¿Es Chatroulette un peligro?

Chatroulette

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Después de estar varios días jugueteando con Chatroulette me pregunto si esta web puede representar un peligro para los más pequeños de la casa. En los tiempos que estamos en los que cada vez se tiene más en cuenta la protección de los menores a la hora de navegar por Internet, en los que se habla tanto de los peligros que pueden acarrear aplicaciones como Messenger, en los que se dan a conocer multitud de casos de pedófilos que buscan sus víctimas vía chat, ¿cómo es posible que nadie haya alzado la voz aún en contra de Chatroulette? Quizás es que no sea para tanto, no sé.

Para el que no conozca aún este sitio web, Chatroulette es una aplicación Flash que permite mantener chats de vídeo, voz y texto escrito con otros usuarios. A esto, que no parece ninguna novedad, se le añade la condición de que para hacer uso de ella no es necesario registro alguno, como tampoco tener una infinita lista de amigos y conocidos con los que chatear que previamente han tenido que dar su consentimiento para conectarnos con ellos. Y aquí es donde entra el concepto de ruleta (roulette), al más puro estilo de una ruleta rusa pero sin balas.

La web te conecta aleatoriamente a cualquiera de los miles de usuarios en línea y, si no te mola, pues pulsas un botoncito y te lleva  a otro, a otro y a otro. Y así hasta que te aburras. El problema, como siempre, no es el servicio en sí, sino la gente que lo utiliza. Si te conectas y te tiras diez minutos cambiando de usuario te puedes encontrar cualquier cosa. Y cualquier cosa es cualquier cosa. Lo mismo le estás viendo el careto a un yanqui que te topas con una muchachita rusa o un chino fumando (¿por qué fuman tanto los chinos?).

Hasta aquí todo correcto, pero es que entre personas normales con ganas de hacer amigos o ligar (por qué no), se te puede colar un gordo peludo con su instrumento sexual en la mano, una imagen escatológica, un tío con una pistola amenazante o un vídeo de una película porno. Sin contar, por supuesto, los innumerables fakes de atractivas jovencitas desnudándose para ti y haciéndote creer que estás en un show privado en el que tú eres el actor principal. Que todos conocemos el ManyCam y sabemos que al que está al otro lado se le puede engañar con una imagen pregrabada que no sale precisamente de tu cámara web.

Yo he visto muchos niños y niñas también conectados, supongo que atraídos por el ánimo de hacer amigos a lo largo del mundo. ¿Qué ocurre cuando a estos niños les aparece una imagen como las comentadas anteriormente? Que les aparecerá, por supuesto, porque son más frecuentes de lo que podemos imaginar. ¿Está preparada una niña de ocho años para ver a un depravado masturbarse delante de su webcam? Ahí reside el peligro, porque ahora no necesita aceptar a ese invitado, pues simplemente le aparecerá en pantalla; sin más.

El debate está abierto, y es que es el debate de siempre. ¿Chatroulette es un mal servicio o es que esa niña de ocho años no debería estar ahí? Siempre he defendido que Internet debe ser un entorno libre y sin restricciones, pero también es verdad que los padres se ocupan bien poco de lo que hacen sus hijos cuando están sentados delante de un ordenador. ¿Es por tanto un problema de educación o de prohibición? Como digo, el debate está abierto.

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