WiMAX: la que se nos iba a venir encima. Pues no, oiga.

WiMAX

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WiMAX son las siglas en inglés de Interoperabilidad Mundial para Acceso por Microondas (Worldwide Interoperability for Microwave Access). Es una tecnología de conexión parecida al WiFi que todos ya conocemos pero a lo bestia. WiMAX ofrece mayor ancho de banda y mayor alcance, lo que permite crear redes inalámbricas metropolitanas y, lo más importante, con una inversión ridícula con respecto a lo que representa como avance tecnológico. Además, está respaldada por las empresas más importantes del sector, que siempre ayuda.

WiMAX es el protocolo estandarizado como IEEE 802.16 para la conectividad que permite la recepción por microondas y retrasmisión por ondas de radio. El único organismo habilitado para certificar el cumplimiento del estándar y la interoperabilidad entre equipamiento de distintos fabricantes es el Wimax Forum; todo equipamiento que no cuente con esta certificación no puede garantizar su interoperabilidad con otros productos. La tecnología WiMAX podría ser la base de las redes metropolitanas de acceso a Internet, sirviendo de apoyo para facilitar las conexiones en zonas rurales y utilizándose en el mundo empresarial para implementar las comunicaciones internas. Asimismo, su popularización puede suponer el despegue definitivo de otras tecnologías, como VoIP (llamadas de voz sobre el protocolo IP), debido a su amplio ancho de banda.

Según las especificaciones es capaz de conseguir una velocidad de 70 Mb por segundo (hasta 300 Mbps full-duplex) y de cubrir un área de unos 50 Km a la redonda con una sola antena. Teniendo en cuenta que WiFi llega a 300 metros con un poco de suerte y el viento a favor, y que su ancho de banda oscila entre 11 Mbps y 54 Mbps, dependiendo de la modificación (a/b/g) del estándar, pues queda meridianamente claro que WiMAX se convertirá en el futuro de las comunicaciones inalámbricas. Si es que no se lo carga antes alguna mano negra, claro.

Un sistema WiMAX con seis puntos de acceso podría dar cobertura de 360º para 1.200 abonados, con un coste de unos 6.000 €. La diferencia de costes es evidente, ya que otros sistemas llegan a suponer la friolera de 96.000 € para una red de 500 abonados.

La infraestructura de WiMAX consta de varias partes claramente diferenciadas. Por un lado tenemos las antenas-torre o estaciones base, con capacidad para ofrecer cobertura hasta 8.000 Km2 a frecuencias del orden de 66 GHz. Al abarcar tanta distancia, se hace necesario, a veces, que existan antenas intermedias que operen en bajas frecuencias (entre 2 y 11 GHz) con el fin de evitar las interferencias ocasionadas por la presencia de elementos. Estas antenas tienen un área de cobertura de 65 Km2, lo que viene a ser, más o menos, el radio de acción de las antenas de telefonía móvil. Por último tendríamos el elemento de red de nuestros equipos, es decir, la tarjeta WiMAX que recibe la señal.

Los usuarios finales recibimos la señal de las antenas de baja frecuencia, con un ancho de banda considerable y una cobertura impresionante. Además, y como ocurre con los teléfonos celulares, podríamos desplazarnos en un estado conectado permanente sin perder la conexión, incluso aunque saliéramos de la zona de cobertura o hotspot, ya que automáticamente entraríamos en otra área cubierta y la transición de una a otra se realizaría de manera transparente al usuario debido al solapamiento entre zonas.

Actualmente se recogen dos variantes dentro del estándar 802.16, el modelo fijo y el de movilidad completa. El acceso fijo (802.16d) establece un enlace de radio entre la estación base y un equipo situado en el domicilio del usuario. Para este entorno fijo las velocidades teóricas máximas que se pueden obtener son de 70 Mbps con un ancho de banda de 20 MHz. Sin embargo, en entornos reales se han conseguido velocidades de 20 Mbps con radios de célula de hasta 6 Km, ancho de banda que es compartido por todos los usuarios de la célula.

El modelo de  movilidad completa (802.16e) permite el desplazamiento del usuario de un modo similar al que se puede dar en redes de móvil GSM/UMTS.

Como ya se ha mencionado, las expectativas de WiMAX se extienden también a sitios rurales con poco acceso, es decir, a todas aquellas personas a las que el ADSL y el cable les queda fuera de alcance y buscan soluciones para poder trabajar desde sus hogares o centros de trabajo. Pero también es muy importante en las ciudades y localidades más céntricas. Actualmente disponemos de una conexión por cable (par telefónico, fibra óptica, etcétera) que llega a nuestras casas hasta un router o un módem, y es este aparato el que se encarga de distribuir la señal inalámbrica (WiFi) por el resto de nuestro hogar para llegar a un portátil, un pocket PC o una videoconsola. Con WiMAX la señal inalámbrica llega directamente a nuestra casa (lo que se conoce como «la última milla») por el aire, y son los distintos aparatos y gadgets los que, por medio de una tarjeta de red adecuada, se conectan directamente. Los proveedores de acceso a Internet dispondrían, pues, de esta posibilidad para ofrecer el servicio sin necesidad de utilizar instalaciones de cables. Nos mandan Internet por las nubes, como si de una red WiFi gigantesca se tratase.

Con semejante ancho de banda, velocidad y cobertura, los diseñadores de aplicaciones y tecnologías que necesitan «mucha chicha» para funcionar se frotan la manos. El VoIP, la tele por Internet, el cine online, retrasmisiones en riguroso directo, todo ello es posible gracias a WiMAX. Las compañías de telefonía móvil tiemblan, y es que el despliegue de WiMAX podría utilizarse también como alternativa a las redes telefónicas, ya que un móvil o un ordenador conectado a WiMAX podría hacer llamadas de telefonía IP sin coste añadido y con disponibilidad de una completa movilidad. Además esta tecnología soporta las denominadas antenas inteligentes, que emiten un haz estrecho que puede ir moviéndose para enfocar siempre al receptor, evitando así interferencias. Factores asaz importantes para competir de plano con la telefonía 3G.

Como digo, las operadoras tradicionales de Internet y de telefonía móvil ven a WiMAX como un claro competidor amenazando con total impunidad a sus ADLS, sus GSM, sus GPRS y sus UTMS. WiMAX podría hacerse con el mercado de la última milla (WiMAX atraviesa el hormigón, UMTS se desvanece con la niebla) dejando con un palmo de narices a todas esas empresas que tanto se afanaron (y afanan) en tirar cable y cable hasta la saciedad. Y ahí es donde veo yo el peligro, ahí es donde podría aparecer una mano negra que consiga que esto no llegue a buen puerto y dé con sus especificaciones en el fondo del mar. Matarile, rile, rile.

En España ya suministran WiMAX operadores como Iberbanda, Broadnet o Neosky. En Euskadi existen implementaciones, experimentales y comerciales, en el 90% del territorio, y Euskaltel dispone de varios cientos de abonados WiMAX en zonas rurales (el Gobierno Vasco ofrece subvenciones de hasta el 100% de la instalación). En Andalucía, Madrid, Murcia, Comunidad Valenciana, Galicia y otros lugares ya disponen de WiMAX en mayor o menor medida.

Pero, ¿por qué no despega esto de una vez por todas? Nokia y Samsung anunciaron hace años la aparición inminente de teléfonos móviles preparados para WiMAX (no quieren perder tajada) y, efectivamente, estos terminales existen, pero como la red no es un algo muy extendido, no sé dónde los estarán vendiendo. Al menos en España no pita o no lo dejan que pite. En Corea, por ejemplo, llevan desde el año 2006 utilizándolo masivamente son dispositivos de Samsung, Intel y otros fabricantes.

Según previsiones antiguas se esperaba que WiMAX creciera un 70% en cinco años. ¿Lo veremos realmente? Llevo escuchando hablar de WiMAX desde mediados del año 2005, más o menos, y no veo que los responsables se interesen mucho por su implantación, a excepción de en entornos rurales alejados. ¿Por qué se oferta cada vez más ADSL y cable módem si, en teoría, son tecnologías sentenciadas a la desaparición? Somos los últimos en Europa, y de los del vagón de cola en el mundo, en la implantación de WiMAX y esto no me huele nada bien. No, no. Todo esto me suena mucho, pero mucho, a la trayectoria del formato de vídeo Betamax que Sony presentó en los años setenta, o la del LaserDisc, o la del MiniDisc, o a la…

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