Entradas de la categoría ‘Cacharros antiguos’

Honeywell H316: El ordenador diseñado para mujeres

Kitchen Computer

Kitchen Computer

Esta extraña antigualla informática de aspecto grotesco y risible fue lanzada al mercado en 1969 por, la hoy empresa diversificada, Honeywell con el nombre oficial de H316 Pedestal Model. Sin embargo, este popular minicomputador de 16 bits es, sobre todo, recordado por el sobrenombre que le otorgaron los lujosos grandes almacenes americanos Neiman Marcus en uno de sus catálogos: ‘Kitchen Computer‘ (el ordenador de cocina).

Publicidad sexista del H316

Publicidad sexista del H316

A finales de los años sesenta estadounidenses, los reconocidos almacenes Neiman Marcus llevaban hasta sus puertas a los más variopintos clientes a costa de publicitar ideas extravagantes para regalos caros y con mucha ostentación. El Honeywell Kitchen Computer se vendía por 10.600 dólares americanos de la época, pesaba más de 45 kilos y se anunciaba como el mejor computador casero de cocina para que las amas de casa almacenaran sus recetas. Y todo ello con frases publicitarias del tipo «si ella cocinara tan bien como el Honeywell calcula», «si ella palidece al calcular el precio de la comida, puede programarlo para controlar el gasto familiar» o «¿sus suflés son supremos pero su comida plantea un desafío?», entre otras lindezas típicas de la época.

En ella es en lo que ha pensado la gente de Honeywell, proseguía la publicidad, a la hora de diseñar el H316 Kitchen Computer. Aprenderá fácilmente a programarlo y, además, recibirá un recetario completo de Helen Corbitt (una reconocida cocinera y autora de libros de cocina de la época) para practicar, un curso de programación de una semana de duración y varias paparruchadas más. La verdad es que este aparato no era tan fácil de programar, pero representó la primera ocasión en la que un ordenador se ofreció como un equipo de consumo, como un electrodoméstico más.

Este machista digital formaba parte de la serie 16 de Honeywell (diseñada por Gardner Hendrie para Computer Control Company, en 1964.), equipos de 16 bits que se utilizaban para la adquisición de datos y el control de los mismos, para la concentración de mensajes remotos o para sistemas de laboratorio clínico y tiempo compartido, entre otros usos. El H316 contaba con 4 KB de memoria RAM de núcleos magnéticos, ampliable a 16 KB, y una frecuencia de reloj de 2,5 MHz. Era un sistema basado en grupos de dos operaciones paralelas, bit a bit, con una longitud de palabra de 16 bits. El conjunto de instrucciones era del tipo de dirección única (SASOS) con registro de índice, y disponía de un hardware opcional para implementar operaciones de suma y resta con números de doble precisión, almacenamiento y carga también de doble precisión y multiplicación y división de números enteros. También proveía de una implementación para operaciones de coma flotante.

Honeywell H316 de pedestal y en rack

Honeywell H316 de pedestal y en rack

Además de la pantalla frontal (imagen siguiente, versión en rack) que montaba el cacharro, con luces e interruptores, el sistema admitía diversos dispositivos de entrada y salida a modo de periféricos, como, por ejemplo, un Teletype Model 33 ASR. La familia de periféricos incluía, entre otros, lectores de tarjetas perforadas, cintas de papel, impresoras de líneas, cintas magnéticas y primitivas unidades portátiles de disco duro de cabeza fija.

Honeywell proporcionó hasta 500 paquetes de software diferentes que podían ejecutarse en el procesador del H316. También se programó un compilador de FORTRAN IV, así como un ensamblador, un sistema operativo de disco y utilidades de sistema y librerías varias. Sin embargo, el Kitchen Computer no fue, para nada, un éxito de ventas. A parte de ser un trasto enorme, carecía (de serie) de teclado y de pantalla, era muy complicado el aprender a programarlo y requería de unas condiciones de temperatura y humedad no aptas para una cocina. Realmente fue un fiasco en ventas.

Panel frontal del Kitchen Computer en rack

Panel frontal del Kitchen Computer en rack

Sin embargo, resulta curioso el gancho de «ordenador para mujeres«, el tema «recetario», la cocina, el color ¿femenino? del aparato… Aquellos tiempos en los que la igualdad entre sexos era algo que no se escuchaba en las noticias vespertinas ni de casualidad. Momentos en los que la publicidad era sexista al mil por mil, los anuncios de electrodomésticos se diseñaban para mujeres y los de licores y cigarrillos para hombres. Una época que no ha de volver, pero si pudiera tener un H316 Kitchen Computer lo pondría en medio de mi cocina a guisa de adorno superfriki de la muerte. Guiño al canto.

Cacharros antiguos: El Mark-8 de ‘hágalo usted mismo’

Mark-8

Mark-8

Comenzamos hoy y aquí esta nueva categoría de bichos electroinformáticos viejunos, arcaicos y anticuados, cacharros de hace mil años que contemplaban muy pocas prestaciones para lo que hoy conocemos en el mundo de la computación binaria (casi cuántica), pero que supusieron un avance muy importante en su época y, además, sentaron, establecieron y afianzaron los basamentos sobre los que se sustenta la informática actual. Por empezar con uno cualquiera, le va a tocar el placer de una inauguración por todo lo alto al flamante Mark-8. Por friki, por artesanal, por original, extravagante y excepcional.

La mítica revista estadounidense Radio-Electronics fue una publicación muy geek del siglo pasado que se mantuvo en los quioscos, bajo distintos nombres, desde el año 1929 hasta el reciente 2003. En ella se sucedieron multitud de artículos impresionantes sobre audio, vídeo, radio, televisión y, en general, sobre electrónica de la época, incluyendo en su momento, como no, joyas incunables de la incipiente tecnología informática de esa circunstancia temporal.

Reconstrucción actual de un Mark-8

Reconstrucción actual de un Mark-8

En lo que al mundo computacional se refiere, el magacín marcó dos hitos históricos: uno de ellos en septiembre de 1973, cuando publicó los esquemas de construcción de lo que dieron en llamar el TV Typewriter, y otro en julio de 1974, momento en el que apareció entre sus páginas el diseño de un microcomputador muy curioso conocido como Mark-8.

Con el titular en cubierta «BUILD THE MARK-8. Your Personal Minicomputer.» (en la imagen que sigue se puede ver aquella portada), Radio-Electronics presentaba el diseño de un microordenador de 8 bits, basado en la CPU 8008 de Intel, diseñado por un estudiante licenciado en el Virginia Tech de Blacksburg (Virginia), llamado Jonathan Titus, como parte de su doctorado. Con 256 bytes de RAM y sin ROM, el Mark-8 debía ser programado cada vez que se encendía el sistema mediante un procedimiento de interruptores tipo switch y atendiendo a las lucecitas rojas de un panel, ya que carecía de teclado y de monitor, así como de otro tipo de periférico más amigable. (Tampoco tenía caja, ni fuente de alimentación, ni sistema de guardado en disco o cinta).

Portada de Radio-Electronics donde aparece el Mark-8

Portada de Radio-Electronics donde aparece el Mark-8

En su pantalla LED incluía 4 filas de 8 diodos cada una. Las dos filas superiores mostraban el bus de direcciones (14 leds) y el estado del ciclo del procesador (2 leds). La tercera fila definía un conjunto de datos de memoria de 8 bits, y la cuarta el valor de 8 bits disponibles desde el puerto 0 (cero) de salida (siguiente imagen).

Y es que el Mark-8 fue concebido como un proyecto do-it-yourself, o «hágalo usted mismo», para Radio-Electronics. La revista ofrecía un pequeño manual de instrucciones de 48 páginas por 5,50 dólares americanos de la época, escrito por el propio Titus, que contenía todos los diagramas de las diversas tarjetas de circuitos integrados del aparato y las descripciones del proyecto de construcción o montaje. Por 47,50 $ adicionales, y si no querías buscarte la vida por ahí y volverte loco, se podía pedir a la revista la placa base, que fabricaba una empresa con sede en Englewood (Nueva Jersey) y con la que se llegó a un acuerdo de suministro. También, y por 250 $ más, se podía adquirir todo el conjunto de componentes restantes, microprocesador y otras placas incluidos. Con todo en casa, sólo había que ponerse a montar.

Placa de leds del Mark-8

Placa de leds del Mark-8

Alrededor de 7.500 electrofrikis fanáticos pidieron el folleto de montaje, y cerca de 400 de ellos el kit completo de piezas o la placa principal. Sin embargo, muy pocos aficionados tuvieron éxito con el montaje. Lo que parecía un «móntalo fácil en tu casita» resultó ser un proyecto largo y bastante complejo, lleno de enredos electrónicos, dificultades, obstáculos e impedimentos sólo franqueables por profesionales. Como proyecto era muy bonito, pero materializarlo fue todo un fiasco.

Otra construcción de un Mark-8

Otra construcción de un Mark-8

El Mark-8, pues, representó todo un fracaso de construcción, pero a los editores de Radio-Electronics les gustó tanto la experiencia que maduraron la idea de volverla a repetir más adelante con un nuevo equipo informático más fácil de ensamblar y más rentable económicamente. Sólo seis meses después presentaron el Altair 8800, un microordenador de MITS basado en la CPU Intel 8080. Los diseñadores terminaron vendiendo diez veces más kits de montaje de lo que esperaban. Pero eso ya es otra historia.

NOTA: Todas las especificaciones y componentes del Mark-8 en The Vintage Computer.

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