Así eran las impresoras de margarita

Margarita

Margarita

Hubo un tiempo, hace treinta o treinta y cinco años, en el que tener una impresora de impacto de «calidad de carta» significaba que la máquina imprimía texto usando tipos preformados al estilo de las antiguas máquinas de escribir. Algunas de aquellas impresoras poseían estos elementos conformados en estructura de cilindro o de esfera, pero las más entrañables y de más impecable manufactura eran las impresoras de margarita, donde los caracteres se proyectaban sobre el papel desde una rueda central que tenía una forma semejante a la flor del mismo nombre. Era lo que los anglosajones llamaban daisy wheel printer.

Rueda de Lanier con fuente Prestige Elite 12

Rueda de Lanier con fuente Prestige Elite 12

Las impresoras de margarita producían texto de alta calidad —conocida como «calidad de carta» (letter-quality)— en contraste a las impresoras matriciales de la época. Funcionaban girando la rueda hasta el carácter apropiado y, en ese momento, golpeando la parte posterior de él contra una cinta de tinta, dejando así una marca en el papel. Cada margarita podía incluir una fuente diferente y un tamaño de tipo distinto en función de la empresa que la fabricara. Así pues, tanto fuentes como tamaños se podían cambiar de forma tan sencilla como reemplazando una rueda por otra.

Algunas de aquellas impresoras, especialmente los últimos modelos de alta gama, eran capaces de imprimir en negrita, doblando o triplicando el impacto en el carácter que se quería conseguir más oscuro; o, también, mediante un control de precisión que avanzaba ligeramente el carro para impactar una segunda vez y conseguir así un carácter más ancho y más negro.

Margarita

Margarita

Esta forma de trabajar reproducía las fuentes usando una técnica radicalmente diferente a, por ejemplo, las impresoras matriciales, que utilizaban una única matriz de pines metálicos para formar varios caracteres. Sin embargo, las matriciales eran capaces de imprimir gráficos, cosa que las impresoras de impacto no podían hacer.

Las impresoras láser y de inyección de tinta, que producían mucho menos ruido y usaban fuentes basadas en software, hicieron que las de impacto, entre ellas las de margarita, fueran completamente obsoletas para su uso diario junto con un PC a finales de la década de 1980 (aunque muchos fueron los que utilizaron impresoras matriciales hasta mediados de los años noventa debido a sus precios más bajos).

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