‘Aviones’: a Disney se le va la pinza (y Pixar aguantando mecha)
Los inicios de Pixar como estudio de animación fueron promovidos por el propio Jobs que, tras invertir varios millones de dólares en la compra, primero, y en la propia compañía, después, andaba tan escaso de dinero que tuvo que buscar colaboraciones de distribución y financiación para sacar aquel proyecto adelante. La inversión llegó por fin de manos de la todopoderosa Disney que, no del todo convencida, aceptó compartir gastos y beneficios a partes iguales mediante un contrato que vinculaba a las compañías a la producción de dos largometrajes: ‘Toy Story‘ (primer largo totalmente animado por computador) y ‘Monstruos, S.A.‘ (‘Monsters, Inc.’ en su versión anglosajona).
Aquello fue un éxito sin precedentes. Los galardones más prestigiosos y las mejores críticas llegaron en forma de avalancha descomunal. Dinero, dinero y más dinero, y el dinero le gusta mucho (pero mucho) a la compañía de Walt Disney. Pero mucho, tanto que son capaces de llevar a la pantalla grande auténticas bazofias sólo por la pasta que van a sacar en concepto de merchandising, videojuegos derivados, spin-offs, musicales sobre hielo y otras gilipolloces varias. Dicen las malas lenguas que a Disney ya no le importa el producto, en tanto en cuanto el beneficio sea lo suficientemente importante como para justificar su manufactura. Si el señor Walter Elias levantara la cabeza…
En el año 2006, y tras mucho tiempo de relaciones rotas, Disney decide comprar Pixar, haciendo rico (más) a Steve Jobs y a su progenie y manteniendo el equipo técnico original al completo, pero controlando el producto de principio a fin desde ese momento y quedándose con todos los derechos de explotación de todas las producciones. Y ahí empiezan los despropósitos cinematográficos del tipo ‘Cars 2‘, ‘Brave‘ o ‘Monstruos University‘ (‘Monsters University’), películas que, ni de lejos, son las mejores cintas paridas por los animadores de Pixar, sino más bien todo lo contrario (por muy simpáticas que puedan resultar). Punto y aparte de mención son las series ‘Toy Story Toons‘ y ‘Car Toons‘, ejemplos perfectos de cómo seguir ordeñando la teta de la vaca de grandes éxitos con una mínima inversión, una calidad deficiente y un máximo beneficio.
Y en aquesta línea llega a nuestros cines la última superproducción Disney (no firmada por Pixar), la publicitada a tope ‘Aviones‘ (‘Planes’), un spin-off de ‘Cars‘ y su secuela producida por DisneyToon Studios y estrenada, el 9 de agosto de este año 2013, por Walt Disney Studios. Como comentario inicial podemos decir que nunca se ha de confiar en la calidad técnica de, y en el esfuerzo puesto en, una película que llega a la gran pantalla un 9 de agosto y su videojuego aparece en las tiendas para todas las plataformas de Nintendo tres días antes, el 6 de agosto. ¿Ansias de crear, innovar y emocionar o codicia mercantil cutrepastelera?
Cójame usted al señor Rayo McQueen, póngale alas y hélice y ya tiene a Dusty, el flamante protagonista de esta peli, un avión con miedo a las alturas (que ya tiene cojones) que quiere participar en una competición de altos vuelos. Para conseguirlo busca ayuda en un experimentado aviador naval que le ayuda a clasificarse con el fin de retar al vigente campeón del circuito de carreras. Vamos que el guión lo tenían ya hecho, las mallas tridimensionales de los personajes casi también, los renderizados, probablemente los fondos, los chistes y los guiños también. Ley del mínimo esfuerzo y máxima rentabilidad.
El largometraje es penoso y excesivamente infantil. Lo han debido de manufacturar los becarios de los becarios de Disney, porque recuerda a los antiguos dibujos animados o, como mucho, a míseros imitadores mugrientos de Pixar con ínfulas. Resultaría muy interesante para el lector acudir a la reseña que hacen en Blog de Cine sobre la película, donde describen a la perfección la unidimensionalidad de su protagonista, el mero relleno del resto de personajes o lo pobre de su guión y de su calidad visual, entre otros detalles.
‘Aviones’ fue pensada para ser pasto de DVD y Blu-ray, sin pasar por las salas de cine, pero decisiones de última hora han dado con ella en la pantalla grande, esto es, resulta ser un bodrio de videoclub, con todas sus lindezas, proyectado en formato 1,85:1. Cine cutre para el verano de mano de la factoría Disney; nada nuevo bajo el sol. El problema es que esta película corre el peligro de ser relacionada excesivamente con Pixar, y eso no es bueno (para Pixar).
Probablemente el hecho de que Disney comprara Pixar no fue una buena idea. Probablemente, no, seguro. La compañía de Emeryville, California, ha supuesto la mayor revolución en la creación de películas de animación de las últimas dos décadas. Posiblemente no haya habido otro agente implicado en el mundo de los dibujos animados que haya representado un punto de inflexión tal en el mercado como Pixar. Digamos que la historia de la animación, grosso modo, se podría escribir con cuatro películas: ‘Pauvre Pierrot‘ (1892), ‘Steamboat Willie‘ (1927), ‘Blancanieves y los siete enanitos‘ (‘Snow White and the Seven Dwarfs’, 1937) y ‘Toy Story’ (1995).
Pero las prácticas monopolísticas es lo que tienen; ellos compran, compran, compran y manipulan, manipulan, manipulan. A su antojo, sin cortapisas. La calidad aquella con la que nació Pixar, fruto de tremendos profesionales, tremendas ideas y tremenda genialidad ha terminado por convertirse en franquicia del mercado, el dinero y los pingües beneficios. Y es que a Disney le interesa más vender avioncitos de juguete, pijamas de aeroplanos y tazas de desayuno de aviones antropomorfos que crear animaciones de calidad. Hoy en día es una multinacional con todas las de la ley; se acabó el embrujo, se acabó la magia, se acabó la ilusión; bienvenido Señor Dólar.
Y lo que nos queda por ver, Dios nos proteja en un futuro no muy lejano. Y es que ya tienen pensado y programado perpetrar chapuzas de mayor calibre como la secuela de ‘Aviones’, ‘Planes: Fire & Rescue’ (2014); o ‘Buscando a Dory’ (‘Finding Dory’), spin-off para 2015 del divertido personaje secundario de ‘Buscando a Nemo‘ (‘Finding Nemo’), que se habrán vuelto locos para inventarse el título.
La antigua genialidad convertida en mercadotecnia. Una pena.
[…] 'Aviones': a Disney se le va la pinza (y Pixar aguantando mecha) […]