Cree el autor, perdón, el ladrón, que todos son de su condición
El azote de la piratería se ha convertido en un pirata, presuntamente (o ya no, que cargos se le imputan). Quién iba a pensar que aquel que abogaba por la legalidad más extrema, estaba dando por culo por la puerta de atrás a cientos de miles de españoles mientras gritaba «no a la piratería». ¿Curioso o evidente? Ese hombre, paradigma de la pulcritud y la legalidad, nos ha abofeteado a todos la cara con muy mala leche.
La SGAE pasa por uno de sus momentos más difíciles. Su cúpula ha sido imputada por delitos muy graves de desvío de capital, apropiación indebida y administración fraudulenta. Incluso su brazo digital, la SDAE, parece que no era tal, sino una sociedad ficticia más del grupo delictivo.
La cosa no llegaría más allá del comentario vespertino en el bar de abajo si no fuera por quién ocupa el meollo del asunto. La sociedad que gestiona los derechos de algunos de sus autores más apreciados, aquella que, con la connivencia del gobierno zapateril y de su ministra de cultura, ha conseguido modelar una ley a medida, sale en los informativos televisivos de medio mundo por robar pasta a los pobres para repartírsela entre los ricos. Y eso está muy feo. Que no se confunda nadie ahora, la SGAE no ha sido acusada por cobrar el canon, un impuesto revolucionario que lleva entre nosotros desde los años ochenta (aunque algunos lo conozcan desde hace cuatro días), por lo que no me valen falsas acusaciones oportunistas en este momento; aunque creamos que el canon digital es totalmente injusto, es legal en este país, antes conocido como España.
Sin embargo, es curioso ver a nuestro gobierno socialista encaminar el río a su pantano cuando faltan pocos meses para las elecciones. Resulta que, ahora, el señor Rubalcaba (futuro candidato) se hace cruces y se plantea eliminar el dicho canon por imperativo legal, cuando nada tiene que ver el tocino con la velocidad y cuando él y sus compinches fueron los más acérrimos defensores e impulsores del mismo. El electoralismo debería ser un delito, y Rubalcaba un delincuente.
Y para más inri y escarnio del populacho, un sector duro de la SGAE se ha hecho con la batuta de la asociación y se ha erigido en comisión gestora de la misma para intentar esclarecer los hechos. Un sector que comparte ideología con los detenidos y que, a buen seguro, conocía desde tiempo atrás las maniobras fraudulentas de la sociedad, o al menos así lo aseguran desde las filas más críticas. ¿Nuevas elecciones?, sería lo más justo.
Y la ministra González-Sinde solicita parlamento en el Congreso para explicar el caso, y Zapatero comenta que prácticamente ni conocía los acusados, y todo el mundo se lava las manos, pero los damnificados de siempre seguimos pagando el canon, ese canon que abultó los bolsillos de Bautista, Rodríguez Neri, Ramos, Loras, Azcoaga, Martín, García Pombo y Vázquez y los llevó de vacaciones a cuerpo de rey hasta Marbella e, incluso, más allá.
¿Qué va a suceder ahora? ¿Se nos va a devolver el dinero a los que hemos apoquinado durante años o se nos va a seguir robando un poco más para abonar fianzas e indemnizaciones? Yo propongo poner cinco euros cada uno para liberar a Teddy de las frías rejas de la cárcel, que tiene cara de bonachón, hombre, no me digan.
De auténtica vergüenza. ¡Mira donde ha ido a parar el canon!. ¿Los artistas han sido «presuntamente» timados? …….. ¿y los consumidores de sus obras?…..
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Yo propondría una «cdpidación». Les estaba tirando «cedeses RW» a la cara hasta que me salieran ampollas en las manos. Lo peor de todo que al final, nadie cargará la culpa y todos mirarán para otro lado. Y seguro que si no es por un lado… nos la meterán por otro.