A ellos, más que a nadie, les interesa la piratería
¿A quién? A ellos, a los desarrolladores de software, a los productores musicales y a las compañías cinematográficas. ¿Por qué? Pues porque un producto es más asequible al gran público cuanto más pirateable es, y esa asequibilidad renta pingües beneficios a sus creadores, con muchos ceros a la derecha, en concepto de publicidad gratuita.
¿Alguien se ha preguntado alguna vez por qué Microsoft no desarrolla una técnica realmente efectiva contra la piratería de sus productos de software? No, no es porque no pueda o no tenga la capacidad para ello, es porque no le interesa. Sus sistemas operativos y sus paquetes de aplicaciones ofimáticas representan, probablemente, el más alto porcentaje de programas informáticos fusilados del mercado. Cuando asacan un nuevo sistema para evitar el software ilegal, a la mañana siguiente se pueden descargar de Internet tres o cuatro parches que revientan la traba de seguridad en cinco segundos. Entonces, la empresa deja pasar unos cuantos meses para reinventar la rueda y anunciar el sistema antipirateo de los sistemas antipirateo; y vuelta a empezar.
Si Windows es un sistema operativo que tiene tanta aceptación es porque cualquiera lo ha podido instalar en su equipo desde sus comienzos sin pasar por caja y fácilmente. Y ahora ya es muy difícil detener esa tendencia, aunque existan sistemas mucho mejores y gratuitos, pues la conciencia colectiva sólo entiende que un ordenador es eso que lleva un Windows dentro. ¿Fue Microsoft, en su día, negligente con su actitud antipiratería o mantuvo una política de marketing perfectamente orquestada y dirigida con el fin del dominio del mercado?
A día de hoy, WinZip sigue siendo el software de compresión más utilizado en el mundo, aunque bien es cierto que eso va dejando de ser una realidad poco a poco. El formato ZIP, y su posterior versión para Windows, viene de los inicios de la informática de consumo, prácticamente. La empresa optó por un modelo de negocio pionero en su época, consistente en ofrecer una aplicación que no era gratuita, sino de prueba por un tiempo. El concepto de shareware, que permite seguir utilizando el programa tras el tiempo estipulado (en este caso) con algún inconveniente nimio (como esperar algunos segundos para su carga), hizo posicionarse a WinZip en el número uno del mundo de la compresión en lo que a fama se refiere. Y, aunque parezca mentira, existen miles de empresas que compran WinZip para evitar los interminables tiempos de espera (que con el tiempo van aumentando) cuando su negocio depende de ello.
El más famoso es el más conocido, y el más conocido es el que se puede obtener gratis. No hay más cera que la que arde. La estrategia consiste en capturar el interés de la gente, después crear una necesidad para, al final, comenzar a cobrar por servicios alternativos o ampliados, como ha hecho Skype, RealPlayer y tantos otros. Y como hacen los creadores independientes de software, que muchas veces piratean ellos mismos sus propios programas con el objeto de darles publicidad y, cuando se hacen necesarios, empiezan a ganar dinero con su venta o con su ampliación en prestaciones no gratuitas.
Lo mismo ocurre en el mundo de la música. Los artistas que dicen perder tanto dinero con la piratería simplemente mienten o dicen lo que les han ordenado decir sus compañías. Evidentemente, la descarga gratuita de discos produce menos ventas en las tiendas, eso lo ve un ciego. Pero lo que nunca comentan es que el número de sus conciertos se ha multiplicado por cinco (o más) desde que su música es más asequible al público. Y, hoy en día, todo perro pichichi debería saber que de donde sacan sus sueldos los músicos es de los conciertos, no de la venta de sus discos, de la que ganan una auténtica miseria.
Conocidísimos son casos como el de El Koala, que comenzó distribuyendo su música gratuitamente a través de Internet y terminó por grabar discos y hacer conciertos por toda la geografía española como el que más. O como el del grupo de rap Violadores del Verso, que colgó su último disco en la Red semanas antes de que saliera a la venta, consiguió miles de descargas y, posteriormente, muchos más miles de ventas. El pueblo es caprichoso y no le gusta que le traten como si fuera idiota.
La industria del cine está en el mismo saco. Resulta que la piratería está matando al mundo cinematográfico, pero cada vez se construyen más salas en centros comerciales, más exclusivas, más caras y, encima, se llenan más. Los productos inteligentes aparecen con nuevas características, como el 3D, que atraen a la gente al cine, y luego se hinchan a vender deuvedés en ediciones especiales con tomas falsas y comentarios del director.
¿Seguro que están perdiendo tanto dinero? Algunos, desde luego, yo creo que no; ¿será que lo hacen mejor que los demás? Que no se te olvide nunca que los que te dicen que no copies sus películas y su música, son los mismos que luego te venden grabadoras de DVD y aparatos portátiles o de salón que reproducen archivos DivX y MP3 (llámalo equis o llámalo Sony, como te apetezca). Lo dicen con la boquita pequeña.
Los directores amateur se buscan la vida colgando sus cortos en Internet, haciéndose un nombre y una fama en un medio que es gratuito, y acercan su trabajo a un público objetivo infinitamente más amplio que cuando debían ir arrastrándose ante los productores para que visualizaran su cinta y terminaban en la calle con una patada en el mismísimo culo. La cuestión no es que los artistas y los creadores se mueran de hambre por culpa de la piratería, es que los multimillonarios peces gordos de las industrias que más dinero fácil han ganado a lo largo de sus vidas ven como su castillo de naipes se desmorona con inexorable continuidad.
Los modelos han de cambiar y, afortunadamente, están ya cambiando. La Red no debe verse como algo peligroso, sino como una nueva oportunidad de negocio fundamentada en nuevos pilares, tendencias y objetivos. Lo que no es de recibo es la amenaza, el chantaje, la prohibición y la censura. No, ya no estamos en aquella época, ya no somos los pardillos ignorantes y manejables que movían de aquí para allá a su antojo. El poder de encumbrar o defenestrar algo lo tenemos nosotros ahora, y si no os gusta ya os podéis volver al cómodo y moderno despacho del que nunca debisteis salir. Los piratas 2.0 mandamos ahora; Internet es nuestra patria y el pendón negro nuestra bandera; que lo sepáis…
Toda la razón en lo que dices, pero no solo eso, sino que con la bandera de la propiedad intelectual se sacan de la manga la SGAE que además ya consigue más ingresos con el canon que con la propia venta de discos. Y encima la mayoría de los españolitos lo ven como algo justo.
Hace unos minutos leía en Barrapunto que el gobierno vota en contra de la ley Sinde en Europa pero está a favor en España.
Es todo negocio y nada más. Que les follen.
Saludos.
Muy interesante !!!
Nunca tan de acuerdo. Los únicos que arman revuelo por la piratería son la basura de las discográficas, que nunca deberían haber existido. El artista ahora se autoadministra, es más libre, y recibe lo que debe por lo que hace, no las migajas que les tiran.
Saludos!
El Pibe de Sistemas
+ a todo
+1, me he dejado el 1. por querer escribir poco ahora tengo que escribir más XDXD
Pues +1 tb, o+2 o +3 vamos. El negocio es el de siempre y mi opinión, es que como se ha dicho muchas otra veces, NO hago perder dinero por lo que me baj.o. Básicamente porque si no lo tuviera ahí, accesible, directamente no me compraba. Me he visto truños infumables en megavideo, me h bajado hasta colecciones de música árabe del emule… ¿me hubiera comprado eso? venga ya!!! No hago perder dinero a nadie. Es mas, me sigo comprando los CD de mi grupo favorito (sólo de ese) y me voy a ver las pelis al cine que creo que merece la pena.
Muy buen post. Totalmente de acuerdo !
Pese a bajarme cantidades bestiales de música por internet y comprar sólo los discos que me interesan no nos engañemos, hacemos perder dinero y mucho. Que es abusivo el precio, la SGAE….completamente de acuerdo. Pero a parte del autor del disco (que gana pasta con los conciertos), alrededor de un disco hay un trabajo de muchas personas que su sueldo depende directamente de la venta de discos y no hablo de los mandamases.
Lo que pasa que nuestra conciencia se queda más tranquila si pensamos que no hacemos daño a nadie aunque estemos robando.
@El Tato
A ver… «algo» de pérdida creo que habrá en alguna «parte de la ecuación», pero como reza el artículo también hay ganancias en otras… asi que lo más probable es que el monto total te salga positivo. Si de verdad hubiera pérdidas globales se habría puesto más trabas, oíriamos que hay crisis en esos sectores… ¿no?. Y como decía anteriormente, NO todo lo que me bajo implica que lo he dejado de comprar.
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excelentes ejemplos los de los conciertos y mas aun en el del cine, por ejemplo en Mexico, las compañias que manejan los cines reciben solo el 10% de las ganancias de las taquillas, todo lo demas va directo a las bolsas de las distribuidoras… si hacemos el calculo las cifras se van a las nubes…
…o.O…
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Muy buen post, estoy casi 100% de acuerdo contigo 🙂
Excelente tu sitio, te felicito!