El Evento Carrington del año 2012

Fulguración solar

Fulguración solar

El responsable del Departamento de Ciencia, Tecnología y Futuro del diario ABC, José Manuel Nieves, decía en un titular de febrero de 2010 «La NASA anuncia el ciclo de actividad solar más intenso de los últimos 400 años«.  También habló en otro artículo de «La tormenta solar del fin del mundo«. En el último programa de Cuarto Milenio, presentado y dirigido por Iker Jiménez en Cuatro, este hombre fue invitado para comentar su artículo y esclarecer la relación del mismo con las supuestas teorías del «fin del mundo» asociadas a las predicciones ocultas del calendario maya para el año 2012.

Intentaré reproducir aquí, más o menos de forma fiel, sus palabras, porque me pareció una entrevista asaz interesante y cargada de un contenido científico riguroso y, a la vez, asombrosamente angustioso. Al final del post dejo un enlace al programa en cuestión.

2012 es un cúmulo de casualidades. Yo no creo que vaya a ocurrir nada extraordinario, ahora bien, sí es cierto que coincide con una serie de acontecimientos, como las predicciones o profecías mayas, que eran unos muy buenos estudiosos del Sol, de las estrellas y del universo en general. Su forma de considerar el tiempo de manera cíclica ha apuntado a que, justamente, el 21 de diciembre de 2012 se iba a terminar un ciclo. Y eso ha coincidido con que los ciclos que sí conocemos científicamente, los ciclos de actividad solar que se producen cada once años, estén cambiando de período ahora mismo, es decir, acabamos de terminar el ciclo 23 y hemos entrado en el ciclo 24 que, precisamente, entre el año 2011 y el 2012 estará en su punto álgido.

Lo que está claro que está ocurriendo es que estamos entrando en una etapa de mayor actividad solar. Durante los últimos años, el Sol se ha caracterizado por estar quieto, prácticamente no había actividad en él, cosa que sabemos por la ausencia de manchas solares. Esto es normal al final de un ciclo, lo que no es tan normal es que esa falta de actividad dure tanto tiempo (prácticamente la mitad del año 2008 y todo el año 2009). Se han conocido otros períodos (finales de ciclos) iguales, pero duraban meses, no años.

Todo ello, unido a otro tipo de datos del flujo solar, le indica a la NASA que acabamos de entrar en dicho ciclo 24 y que, seguramente, entre los años 2011 y 2012 se produzca la etapa de mayor actividad. Eso quiere decir que aparecerán más manchas solares. Estas manchas está relacionadas con las denominadas fulguraciones solares, técnicamente eyecciones de masa coronal. Una eyección de masa coronal es un fenómeno muy violento que consiste en una expulsión enérgica de una parte de la masa del Sol al espacio, pudiendo alcanzar la materia expulsada millones de toneladas.

Cuando se produce una fulguración solar, el Sol proyecta su masa hacia fuera de él en forma de una emisión masiva de protones y electrones (radiación solar) que, evidentemente, llega hasta la Tierra. El viento solar es algo que conocemos muy bien, porque estamos constantemente bombardeados por partículas que proceden del Sol. Pero cuando se dan estos episodios, la cantidad de materia y de radiación que nos llega es espectacularmente grande.

La Tierra tiene un escudo natural contra este tipo de fenómenos, que es su propio campo magnético (el cinturón de Van Allen). Este escudo magnético absorbe el impacto de la radiación y se deforma con él, esto es, se queda aplastado. Las partículas solares desviadas por el campo magnético se van a los polos y forman el precioso fenómeno de las auroras boreales.

Ha habido eyecciones de masa coronal de muchas y diversas intensidades. La mayor conocida se produjo en el año 1859, y fue tal el impacto de las partículas solares que llegó a deformar el escudo de la Tierra de tal manera que, desde 60.000 kilómetros de altura, que es hasta donde llega el límite del campo magnético, lo aplastó hasta 7.000 kilómetros. Esto significa que el escudo por la parte trasera (el lado contrario al impacto) de la Tierra se estira para, posteriormente mediante una especie de efecto rebote, volver a su sitio y colocarse de nuevo como en un principio.

Las auroras boreales en la violenta tormenta solar de 1859 llegaron hasta los trópicos e, incluso, se vieron en España. Hay artículos de periódicos de la época que recogieron la noticia. Se dijo entonces que el fenómeno llegó a eclipsar el brillo del propio Sol.

Cuando esto sucede, se producen infinidad de descargas eléctricas que llenan toda la atmósfera. En aquel año, la descomunal energía eléctrica con que se sobrecargó la Tierra tuvo otro efecto menos hermoso que el de las auroras boreales. Se frieron, literalmente, las redes eléctricas que había entonces (cuando la electricidad estaba empezando a utilizarse). Además, todas las redes de telégrafos de Europa y de América del Norte se paralizaron por completo durante semanas.

En tiempos como los de hoy, ¿cómo afectaría una tormenta solar de tal magnitud a nuestro mundo? Es la pregunta del millón de dólares. Ese fenómeno, denominado Evento Carrington, que parece que alrededor del año 2012 se podría producir de nuevo, según estudios realizados a tal efecto por la NASA, parece que podría ser un desastre global. Caerían las redes eléctricas de todo el mundo, las redes de teléfono, Internet, los satélites, las redes GPS, la telefonía móvil, etcétera. En fin, el acabose de las telecomunicaciones.

Conforme a esos mismos estudios de la NASA, un Evento Carrington a día de hoy fundiría en los primeros 90 segundos 300 grandes transformadores de la red eléctrica de Estados Unidos. Eso significa dejar, en un minuto y medio, sin luz a 140 millones de personas.

Las redes de GPS ya se han perdido parcialmente en alguna ocasión con fenómenos más livianos que el que sucedió en 1859, pero una fulguración hoy día de aquellas proporciones probablemente las haría caer en su totalidad. Quedarse sin GPS no es ninguna tontería, significa que todas las maniobras aéreas no se podrían realizar, los cálculos de precisión de atraques de grandes barcos no se podrían llevar a cabo, las construcciones masivas de piezas enormes en las que se calculan las posiciones de encaje mediante GPS tampoco, y un larguísimo etcétera. Se bloquearía el mundo.

Además de todo ello, la situación no sería cosa de unas horas, sino que podría alargarse durante meses o durante años (¿años sin electricidad?). El señor José Manuel Nieves termina diciendo que no tenemos ningún tipo de defensa contra eso. Realmente a mí me ha acojonado un poco mucho.

Los mayas anunciaban un fin del mundo que, en realidad, era un fin de un ciclo para comenzar con otro. Un acontecimiento solar como este te hace pensar lo pequeños que somos en el universo y lo grandes que nos creemos. Somos tan frágiles, que un simple estornudo del Sol nos puede mandar a tomar por culo en un abrir y cerrar de ojos. La verdad es que da mucho miedo.

Si alguien desea ver la intervención de este buen hombre, que podía haberse quedado en casa cuando le invitó Iker Jiménez, puede hacerlo desde la página web de Play Cuatro. La entrevista comienza en la hora, minuto y segundo 1:04:20.

21 comentarios a “El Evento Carrington del año 2012”

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