Una carta de hace 125 años desvela el posible origen de la palabra inglesa «hack»

Hack

Hack

Si caminamos por el corazón del cuartel general de Facebook en Menlo Park, California, nos podemos encontrar un lugar con un imponente mural de dos pisos de alto pintado por el artista Brian Barnecio. El diseño parece un enorme tótem plagado de formas abstractas y con una sola palabra en el centro: hack.

A finales de los años ochenta, y durante los noventa y principios del siglo XXI, hack era una palabra dañina y canalla, pues evocaba el peligro y la actividad criminal en el submundo cibernético que constituían las redes informáticas. El término trataba de la irrupción en los sistemas informáticos, redes telefónicas y otras tecnologías vulnerables. La mayoría de la gente que conocía la historia del hacking y estaba relacionada con el mundo de la informática no tenían esa impresión de los hackers, pero la connotación negativa se afianzó como la corriente principal entre el pueblo llano.

Mural en las oficinas de Facebook

Mural en las oficinas de Facebook

Sin embargo, en la última década, hack y hacker han sido rehabilitados como términos. Hoy, al parecer, todo el mundo quiere ser un hacker. Facebook, por ejemplo, ha recorrido un largo camino hacia la renovación de estos vocablos; el éxito de la construcción de su empresa se ha gestado alrededor de la idea de que el hacking es algo positivo, una forma de transformar las tecnologías en algo mejor.

Gracias, pues, a Zuckerberg y su Facebook, y a otros tantos ambiciosos desarrolladores de software de todo Silicon Valley, hack es hoy una palabra con dos significados. Por un lado, tenemos a los hackers llamados de sombrero blanco (white hat hackers), que construyen aplicaciones nuevas y geniales y, creativamente, abren nuevos caminos. Y tenemos, también, a los hackers de sombrero negro (black hat hackers), que descaradamente comprometen sistemas informáticos en su propio beneficio.

Pero, ¿cuál es el verdadero significado de la palabra? ¿Era, originalmente, ese significado positivo o negativo? La cuestión es más complicada de lo que parece. No se puede dar una respuesta definitiva, pero ha aparecido una nueva pieza del rompecabezas. Y es que antes de que llegara al mundo la alta tecnología, la palabra hack conllevaba un significado especial en el mundo de las peleas de gallos, durante el siglo XIX.

Hack se remonta a, por lo menos, el período inglés medio (quizás en algún momento entre 1150 y 1500), y su evolución es seguramente bizantina. Según el afamado Oxford English Dictionary, llegó hace varios siglos, llevando otra forma entre sus acepciones actuales, a saber: «cortar con fuertes golpes de forma irregular o al azar«.

Amén de lo anterior, Emily Brewster, un editor estadounidense de Merriam–Webster Inc., buscó en sus archivos y logró encontrar esta carta fechada el 4 de abril de 1890, dirigida a G. & C. Merriam & Co. y firmada por un tal AW. Douglas. El membrete es de la empresa Simmons Hardware Company, de San Luis (Misuri).

Posible origen de "hack" (clic para ampliar)

Posible origen de «hack» (clic para ampliar)

Douglas, en su misiva, señala que el diccionario del momento omite una palabra que se utiliza coloquialmente y fue originada en las peleas de gallos. Y dice textualmente: «cuando un gallo da una paliza a otro y, después, el vencido corre siempre que ve al vencedor, eso se conoce con la palabra ‘hackear’ y, por lo tanto, ‘ser hackeado’ es tener miedo de alguien«.

¿Es posible que la jerga de las sureñas peleas de gallos de alguna manera diera el salto a las paredes de Facebook siglo y pico después? Puede ser, quién sabe. Pero no tenemos nada tan definitivo como para afirmar que existe una relación directa entre aquellas peleas de gallos y la actividad relacionada con la informática maliciosa. Es totalmente posible que los significados se desarrollaran de manera completamente independientemente los unos de los otros.

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