Jeri Ellsworth, una chica geek fuera de serie

Jeri Ellsworth

Jeri Ellsworth

Con cuarenta años recién cumplidos, Jeri Ellsworth es una mujer de las pocas de su generación que puede llamarse geek con mayúsculas, desde la ge hasta la ka. Es de esas frikichicas que tanto nos gusta dar a conocer por estos lares cibernéticos, pues representan un subconjunto pequeñito de la cultura digital machodominante que, gracias a Dios, cada vez es más amplio.

Nacida en el estado de Oregón (EE. UU.), Jeri comenzó a cacharrear con el Commodore 64 de su hermano mayor cuando sólo era una niña. Aprendió a programar aquel aparatejo ochentero de 8 bits, hobby que compaginaba con las carreras de coches, una afición que compartía con su padre. El reto era tan jugoso que su padre y ella comenzaron a diseñar sus propios vehículos personalizados, y ella consiguió vender algunos de sus modelos de forma eventual. Esto propició que abandonara el colegio para continuar con este negocio.

Recordando los tiempos de los coches de carreras

Recordando los tiempos de los coches de carreras

Posteriormente, y contando únicamente con 21 añitos, dejó también el diseño de coches y, con una amiga, creó una nueva empresa dedicada al ensamblaje y venta de ordenadores PC basados de chips 486 de Intel. Desavenencias con su socia provocaron que se separara de ella para montar su propio negocio, una idea que llegó a convertirse en una cadena de cuatro tiendas de venta de equipos informáticos llamada Computers Made Easy. En el año 2000 vendió las tiendas y se trasladó a Washington para estudiar, durante un año, diseño de circuitos electrónicos en el Walla Walla College.

Después de ese año tuvo que abandonar los estudios por «incompatibilidades culturales», lo que los americanos llaman cultural mismatch, que es esa situación en la que la educación del hogar de un estudiante choca con la del centro de estudios, provocando conflictos y conductas inapropiadas. Jeri ha llegado a decir que en el Walla Walla College estaba mal visto «cuestionar a los profesores». Y es que ya se veía venir todo su potencial en aquella época.

Aquel mismo año 2000, la chica asistió a su primera exposición retro de ordenadores Commodore, donde presentó un vídeo con un prototipo del gadget que tenía en mente y que había venido desarrollando meses atrás. Aquel prototipo terminaría convirtiéndose en el C-One, primero, y después en el afamado C64 Direct-to-TV.

En la presentación del prototipo del C-One

En la presentación del prototipo del C-One

El C-One (2002) es una versión mejorada del antiguo Commodore 64 diseñado en una sola tarjeta de circuitería, lo que se conoce como Single Board Computer o SBC. Ese año 2002, Jeri rediseñó el chip utilizado en el C-One para que pudiera emular otras máquinas de ocho bits de principios de los ochenta, entre ellas un Commodore VIC-20 y un Sinclair ZX81. Tras presentarlo en una conferencia, la mujer recibió una oferta de trabajo de Mammoth Toys para trabajar en otro equipo Commodore más integrado aún. Apareció, pues, el C64 Direct-to-TV (2004), que fue un paso más allá, pues era un implementación del Commodore 64 en un único chip, metido dentro de un joystick de estilo antiguo y con 30 juegos incluidos, que se conectaba directamente al televisor vía RCA.

Con su C64 Direct-to-TV

Con su C64 Direct-to-TV

Ellsworth había conseguido retrotraerse a su infancia con los diseños basados en C64, algo que la hizo muy conocida y valorada en la escena retro. El C64 Direct-to-TV fue licenciado a la empresa Tulip Computers, la cual produjo una primera remesa de 250.000 unidades, vendiendo 70.000 el primer día que se colocó en las estanterías. En total se vendieron más de medio millón de unidades en todo el mundo.

C64 Direct-to-TV

C64 Direct-to-TV

Desde aquel momento hasta la actualidad su ascenso como chica geek ha sido meteórico. Condujo un webcast durante seis meses; fue nombrada «MacGyver of the Day» por la web Lifehacker; ha publicado numerosos artículos técnicos en Internet sobre temas tan diversos como semiconductores de fabricación casera, pantallas electroluminiscentes o fabricación de lámparas de fósforo; ha hecho contribuciones significativas al campo del bricolaje doméstico con transistores; y fue contratada, durante un año, por Valve Corporation (junto con varios otros hackers de hardware notables) para trabajar en hardware para videojuegos; entre otras muchas cosas.

En mayo de 2013, Ellsworth anunció que había ingeniado un sistema de realidad aumentada, llamado castAR, con el también ingeniero Rick Johnson, que sería financiado a través de Kickstarter. Para ello pusieron en marcha una nueva empresa, Technical Illusions, y alcanzaron su objetivo de 400.000 dólares en la famosa web de crowdfunding en 56 horas. Al final, el proyecto recaudó algo más de 1,05 millones de dólares, un 263% más que la meta original.

Otra de sus pasiones de diseño: el pinball

Otra de sus pasiones de diseño: el pinball

Esta claro que Jeri Ellsworth no es una chica geek al uso. Ella tiene una capacidad especial que le hace desarrollar un potencial en su campo muy por encima de la media. Es uno más de los ejemplos de que el mundo de la tecnología, de la ingeniería y de la informática no es sólo cosa de hombres. Cada vez más mujeres son geeks y cada vez más de ellas descuellan por encima de la marabunta. Es un placer que los cerebros femeninos se sumerjan en estos mundos tecnológicos, seguramente así marcharán mejor las cosas.

2 comentarios a “Jeri Ellsworth, una chica geek fuera de serie”

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