El «clic de la muerte» que terminó con las unidades Zip de Iomega

Discos Zip de Iomega

Discos Zip de Iomega

En 1994, la empresa Iomega (hoy LenovoEMC) lanza al mercado un nuevo periférico que revolucionaría el mundo del almacenamiento extraíble: la Unidad Zip, un dispositivo magneto-óptico que llegaba con propósitos de convertirse en el sucesor de las disqueteras de 3,5 pulgadas. Ilusos.

Tras su introducción tecnológica, los discos Zip (99 mm de ancho, 100 mm de alto y 7 mm de grosor en la zona del cierre) comenzaron a venderse como churros malagueños, junto con sus unidades, a causa de su bajo precio y su alta capacidad (100 MB al principio; 250 MB y 750 MB posteriormente). Los lectores externos comenzaron viniendo con interfaz de puerto paralelo y SCSI, para terminar siendo todos USB; y los internos IDE o SCSI. En un comienzo, las unidades externas necesitaban de fuente de alimentación adicional, pero al final se apañarían con la alimentación vía USB.

Algunos fabricantes, como Apple, decidieron incorporarlos de serie en algunos de sus Macintosh, cosa que ayudó a Iomega a triunfar en el mercado de los magneto-ópticos. Con un precio inferior a las 20.000 pesetas de la época (lo que incluía la unidad y un disco), parecía ser una buena alternativa a los caros sistemas de copia de seguridad para el usuario doméstico y para la pequeña y mediana empresa. Hemos de tener en cuenta que las unidades grabadoras de cedé aún no eran asequibles al consumidor medio, y los dispositivos de memoria flash, como hoy los conocemos, todavía no se habían inventado.

Precisamente la inmersión en el mercado de estas dos últimas tecnologías (CD grabable y memoria flash), así como su paulatino descenso de precio, daría al traste con las intenciones de Iomega para dominar el mundo con sus unidades Zip y, posteriormente, con los discos Jaz (de mayor capacidad). Pero no sólo por ello ocurrió todo, hubo algo más. Un error de hardware conocido como el «clic de la muerte» terminaría con todas las esperanzas de la empresa californiana.

Unidad Zip externa de Iomega

Unidad Zip externa de Iomega

En 1998, los primeros medios de comunicación online ya se hacían eco de que los usuarios de unidades Zip de Iomega se estaban quejando demasiado de graves disfunciones en sus discos y unidades. Tan graves que hacían inaccesible la información almacenada desde la unidad estropeada y, muchas veces, corrompían los propios datos del disco, por lo que no se podían leer desde otras unidades Zip tampoco.

Aquello fue denominado el «clic de la muerte» (click of death) por los expertos y usuarios de la época como consecuencia del sonido que hacía la unidad al intentar leer los datos del disco. La verdad es que yo mismo pude ver y usar muchos aparatejos de estos por aquel momento, y muchos pasaron por mis manos, y he de admitir que el dichoso clic te helaba la sangre tanto o más que el «anillo rojo de la muerte» de la Xbox 360. En el siguiente vídeo se puede escuchar el macabro soniquete.


Los grupos de noticias de la época ardían como Twitter arde hoy de vez en cuando. En Usenetalt.iomega.zip.jazz y comp.sys.ibm.pc.hardware.misc se llenaban de hilos poniendo a parir a Iomega y reportando cada día más y más problemas. Todo el mundo empezó a molestarse y a arremeter contra la empresa, pero Iomega guardaba silencio o se defendía diciendo que no había ningún problema físico, que los inconvenientes surgían del mal uso por parte los usuarios. Tiene bemoles el asunto.

Una fuente de aquella época, un hombre que se identificó como un extécnico de Iomega, comentó que el problema era muy bien conocido dentro de la empresa cuando él comenzó a trabajar allí. Señaló que no era un asunto común, pero que había afectado a cerca de la mitad de las unidades en las que él había trabajado.

Se comentó que el sonido de clic era causado por la cabeza de lectura/escritura de la unidad al chocar, en su movimiento, contra los topes que la mantenían dentro de su rango previsto, haciendo que se desalineara y que buscara (y no encontrara) la pista 0 (cero) en el disco Zip. Cuando el «clic de la muerte» se comienza a escuchar, el cabezal no encuentra dicha pista, que contiene información de vital importancia para la inicialización del dispositivo,

Y, ¿por qué sucedía aquello? El mismo supuesto extrabajador de Iomega explicaba que, tanto la unidad como el disco, no son, precisamente, extremadamente robustos, sino bastante endebles, y a la gente le gustaba llevarlo a todas partes: andando, en coche, en transporte público, etcétera. Después de seis u ocho meses, pues, era muy posible encontrarse con el problema.

La caída de la unidad al suelo, el polvo o el óxido en los cabezales o su exposición al electromagnetismo de, por ejemplo, el monitor CRT de una computadora de la época (y otros factores externos) podían causar también esa falta de alineación. Sin embargo, las unidades internas eran menos susceptibles de fallar. Vamos, que el diseño era una castaña pilonga.

Tan influyentes fueron las unidades Zip de Iomega, que incluso muchas BIOS bastante posteriores a todo aquel movimiento seguían trayendo en los modos de arranque USB los tres famosos USB-FDD, USB-HDD y USB-ZIP. Y tan influyente fue el «clic de la muerte», que hoy día se sigue utilizando como expresión para denotar que una unidad de disco, ya sea extraíble o interna, se ha ido al carajo más absoluto. Cultura friki, así lo llaman.

11 comentarios a “El «clic de la muerte» que terminó con las unidades Zip de Iomega”

  • […] El “clic de la muerte” que terminó con las unidades Zip de Iomega […]

  • jacobop007:

    Pues yo la usé durante todo un año para ir guardando copias de seguridad de mi Proyecto Fin de Carrera (tanto la parte de texto como el código y las pruebas), pensando que ahí estaría más seguro que en disco duro del PC. Iluso de mi, bueno, no tanto … «gracias» al gran parecido de los discos ZIP con los tradicionales de 3.5″ y por experiencias pasadas con ellos, solía mantener varias copias en diferentes ZIP por si acaso (dos e incluso tres).

    Aún así, la unidad sobrevivió aquello y cuando la reciclé hace poco aún funcionaba 🙂 …

  • santaklaus:

    Ignorar al cliente, es más, insultarlo con el silencio o intentar culparlo es mñás que suficiente para desearles el hundimiento y la desaparición. Bienvenido sea el paro para esta gentuza que hizo perder el dinero y los datos a tanta gente. Se lo merecían.

  • gallir:

    Que ridículos quienes usaban ese aparatejo existiendo las miniusb.

    • david:

      ridículas las personas como tú que opinan sin tener ni pajolera idea. cuando apareció el zip fue una bendición para millones de usuarios, en tiempos en que no existía el usb, que tuvieron un respiro por la mitad o tercera parte del precio de un disco duro y con la posibilidad de intercambiar los discos, lo que suponía ampliar la capacidad de almacenamiento a un precio ridículo en comparación con lo que entonces costaban las grabadoras de CD, y con la diferencia de que en el ZIP tenía una velocidad similar a la del disco duro y se podían escribir y borrar archivos a su antojo. este problema es muy minoritario en comparación con los millones de unidades que vendió la empresa, y lo que dejó fuera del mercado a los zip fue el aumento del tamaño de los archivos y el abaratamiento de las unidades de CD; con todo los discos ZIP tenían una serie de funciones que no tienen los CD, como que podías proteger con contraseña los discos, y al poco el software de iomega tenía una función que informaba de la vida útil del disco en función de los sectores defectuosos que se iban encontrando, cosa que hoy día no he visto que lo incluya ningún fabricante de discos duros

  • perru002:

    Pues yo tuve una en mi época de estudiante y funcionó muy bien durante un par de años. Se acabó estropeando ya fuera del periodo de garantía, y cuando llamé al SAT me dijeron que me la cambiaban sin coste alguno. Les dí mi dirección y a las pocas semanas llegó una unidad que si bien no era nueva (sino reparada) funcionó durante almenos un año más. Sólo me pidieron que les mandara de vuelta la mía estropeada.

    Siempre había usado este caso como ejemplo de excelencia y bien hacer con los clientes, pero después de leer este artículo, creo que fue un tema de suerte o de alineamiento de planetas. Ni idea de que hubieran escaquedao el bulto de esa manera!!!

  • Información Bitacoras.com

    Valora en Bitacoras.com: Discos Zip de Iomega En 1994, la empresa Iomega (hoy LenovoEMC) lanza al mercado un nuevo periférico que revolucionaría el mundo del almacenamiento extraíble: la Unidad Zip, un dispositivo magneto-óptico que llegaba con propó..…

  • Enrique:

    Este día,18/04/2015, haciendo limpieza en mi cuarto de estudio encontré, con más de 14 años de abandono, la última unidad Zip que compré hace ya mas de 15 años, era una externa de 250Mb. Y casualmente, ya no me recordaba, junto con ella había guardado un disco de 100mb. Pero, por increíble que parezca: !funcionaba¡ De hecho, la conecté a mi portátil y funcionó perfectamente: pude leer lo que estaba grabado en el disco. ¡Vaya recuerdos!

  • joselo:

    Aún tengo un par de unidades iomega funcionando una interna y una externa a día de hoy de las de 100mb hacen ruido como una batidora pero funcionan bien xD

  • Martin:

    El verdadero «Click de la muerte» fue la aparición de el CD y el CD RW. Esto termino mantando al Zip. Aunque reconozco que tuve el mismo problema que aca se enuncia. El famoso CLick, al tiempo me dejaron de andar los discos.

  • […] que se utilizaba. Desde los discos flexibles de 5 1/4″, diskettes de 3 1/2″, discos Zip, etc. hasta llegar a los almacenamientos ópticos (CD, DVD, Blue Ray) y las tarjetas de memoria de […]

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