‘Beamrider’ para Atari 2600, el ingenio de un tipo llamado David Rolfe

David Rolfe

David Rolfe

David Rolfe es un ingeniero —licenciado en el Instituto de Tecnología de California en 1977— que fue clave en el desarrollo de videojuegos para arcade y para los primeros sistemas domésticos hace tres década. Trabajó para varias compañías del sector, como Exidy, APh Technological Consulting o Activision, y desarrolló títulos memorables, entre otros, ‘Las Vegas Poker & Blackjack‘, ‘Major League Baseball‘, ‘M Network‘ (para Mattel) o ‘Frogs and Flies‘.

Sin embargo, si existe un juego que le salió redondo y por el que será recordado como genio de aquella época, ese es ‘Beamrider‘, concretamente por su versión para la consola Atari 2600.

‘Beamrider’ vio la luz en 1983 (de la mano de Activision) para los sistemas Intellivision, Atari 2600, Atari 5200, la familia Atari 8-bit, ColecoVision, Commodore 64, MSX y ZX Spectrum. Es un space ship shooter en el que debemos derrotar a los malvados alienígenas que han encerrado al planeta Tierra en un extraño campo de los rayos brillantes. Para ello, hay que batallar a través de 99 sectores traicioneros, con un número de enemigos y objetos peligrosos que va en aumento a medida que avanza el juego. A nuestra disposición, un desintegrador láser que puede destruir la mayor parte de los enemigos y un lanzatorpedos que lo destruye todo; eso sí, disponemos de un número limitado de torpedos por nivel.

Parche de 'Beamrider'

Parche de ‘Beamrider’

El juego parece muy simplón, pero el reto es bastante alto incluso a fecha de hoy. Es tan complicado según se avanza en niveles, que, en los años ochenta, los jugadores que llegaban al sector 14 o superiores y anotado al menos 40.000 puntos eran premiados por Activision con un parche para la ropa especial de ‘Beamrider’ (como el que se puede ver en la imagen de la derecha).

La genialidad de ‘Beamrider’ reside en el efecto 3D que consiguió Rolfe y la suavidad de manejo para una máquina tan arcaica. Evidentemente, el juego dibuja las tres dimensiones haciendo que los objetos se hagan más grandes o más pequeños en función de lo cerca o lejos que estén, pero la sensación es tan buena para la época que resulta impresionante. Si a ello le añadimos la jugabilidad que tiene a causa de ese scroll frontal tan suave y el nivel de dificultad tan ajustado, lo que obtenemos es una auténtica joya ochentera de calidad superlativa. Veamos lo bien que resulta en el siguiente vídeo.

David Rolfe sólo programó un par de juegos para Activision, éste y un tal ‘Steamroller’ que nunca llegó a salir al mercado, pero del que existe un prototipo por ahí que puede descargarse para diversas máquinas ochobiteras. Por lo tanto, si aceptamos ‘Beamrider’ como único título de Rolfe en Activision, nos apena el hecho de que no pudiera haber desarrollado otros de tan alta calidad técnica como este. Un juegazo que se disfruta en un Atari 2600 con la precisión de una máquina recreativa.

'Beamrider' (Activision, 1983)

‘Beamrider’ (Activision, 1983)

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